"Encuentros": biblioteca de Areilza y teatro andaluz

La biblioteca de José María de Areilza, en coloquio durante veinticinco minutos con Fernando Sánchez Dragó, cierra hoy la serie «intelectuales y políticos», que se emite dentro del programa Encuentros con las letras, que se completa con otra entrevista a Salvador Távora, bajo el título «Teatro español contemporáneo».La entrevista con José María de Areilza se abre con una cita de Antonio Machado, tomada de Juan de Mairena: «Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en una: fidelidad a la propia máscara». La biblioteca del político se cierra con una exposición a propósito de «los cien libros imprescindibles para él» y otra cita de Ortega y Gasset, los dos últimos párrafos de El espectador, tomados de la Antología de Paulino Garagorri, recientemente publicada por Alianza: «Ahora, por lo visto, vuelven muchos hombres a sentir nostalgia del rebaño. Se entregan con pasión a lo que en ellos había aún de ovejas. Quieren marchar por la vida bien juntos, en ruta colectiva, lana contra lana y la cabeza caída. Por eso, en muchos pueblos de Europa andan buscando un pastor y un mastín. El odio al liberalismo no procede de otra fuente. Porque el liberalismo, antes que una cuestión de más o menos en política, es una idea radical sobre la vida: es creer que cada ser humano debe quedar franco para henchir su individual e intransferible destino».

La segunda parte del programa consiste en una entrevista realizada por Miguel Bilbatúa con Salvador Távora, director del grupo de Teatro La Cuadra, que con las obras Quejío, Los palos, Herramientas y Andalucía amarga intentan interpretar la realidad andaluza. «Entramos en el teatro», dice Salvador Távora, «de una forma muy casual y muy circunstancial, por la vía del cante (...). Los cantes, a mi entender, son como la crónica oscura de la realidad popular andaluza. Esa crónica no oscura que está en la letra y en la tonalidad de los cantes. Veo que hay un mundo enorme de posibilidades dramáticas en todos los elementos que maneja muy bien cualquier persona no vinculada al teatro y sí vinculada al mundo laboral. Pienso en la luz de la soldadura eléctrica y ya con la garantía de los espectáculos anteriores, me atrevo a llevar al escenario la soldadura eléctrica como iluminación, prescindiendo de los focos del teatro tradicional. Pienso que puede subir al espectáculo mucha gente que con anterioridad estaba excluida del escenario, porque el acceso que había a él era por medio de la literatura, por medio de la declamación».

El programa incluye una filmación de cinco minutos del montaje Andalucía amarga. Esta segunda parte no fue emitida en su día por una de esas frecuentes averías técnicas en Televisión Española: la cinta de video no había registrado la entrevista con Salvador Távora.