Los cambios en la presidencia de la Comisión Europea pueden afectar la negociación España-CEE
Gaston Thorn, luxemburgués, y Finn Gundelach, danés, son los dos más firmes candidatos a la presidencia de la Comisión Europea, que quedará vacante el 1 de enero próximo, al cumplirse el mandato de cuatro años del británico Roy Jenkins. La sucesión de Jenkins será estudiada en la cumbre de jefes de Gobierno de los nueve países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), que se inicia mañana, día 12, en Venecia.
La presidencia de la Comisión Europea es siempre objetó de ardua negociación entre los nueve, que exigen un complicado equilibrio de nacionalidades en los puestos clave del aparato burocrático de la CEE. Por eso, nunca se puede descartar que, como en los cónclaves romanos, en el último momento surja la sorpresa. Menos aún en esta ocasión, en la que la Comunidad atraviesa una seria crisis interna y cuando las declaraciones del presidente Giscard d'Estaing ha puesto en entredicho la ampliación del Mercado Común. La personalidad del nuevo presidente será un dato a tener en cuenta por España.Además de Thorn, vicepresidente de Luxemburgo, liberal y conocido europeísta, y de Gundelach, que es actualmente vicepresidente de la Comisión, encargado de las cuestiones agrícolas, «suenan» también los nombres de Leo Tindemann, ex primer ministro belga, democristiano, y del también belga Etienne Davignon, comisario comunitario encargado del capítulo industrial. Italia promociona el nombre de su actual ministro de Finanzas, Pandolfi. Sólo Holanda ha anunciado ya que no presentará ninguna candidatura.
Thorn, amigo de UCD
El nombramiento de Thorn sería acogido con un suspiro de alivio por los negociadores españoles. Amigo personal de numerosos políticos de Unión de Centro Democrático, y buen conocedor de España, adonde viaja con relativa frecuencia, cuenta además a su favor con el hecho de que su país es el único de entre los fundadores del Mercado Común que jamás ha ocupado ese puesto. En contra tiene, sobre todo, la aparente oposición del presidente de Francia a quien, afirman fuentes comunitarias, disgusta la combatividad europeísta del luxemburgués, así como la posibilidad de que ocupe la presidencia un país que no tiene ningún interés especial en el capítulo agrícola de la CEE.
Gundelach, siempre analizando las candidaturas desde el punto de vista de la negociación hispano-comunitaria, es un experto en cuestiones agrícolas al que se le atribuyen afinidades socialdemócratas. Junto con el vicepresidente, Lorenzo Natali, es el responsable del documento sobre la agricultura española, en el que se afirma que el plazo de transición no debe ser inferior a diez años. El nombramiento de Pandolfi, por su parte, traería aparejado, posiblemente, el relevo de Natali, ya que difícilmente los ocho países restantes permitirían que Italia se alzase al mismo tiempo con la presidencia y con un capítulo tan importante como el de las negociaciones para la adhesión de España y Portugal.
Un portavoz oficial de la comisión recordó ayer en Bruselas que la cumbre de Venecia «no está obligada a nombrar inmediatamente al sucesor de Jenkins», si bien es seguro que se iniciarán las negociaciones a este respecto y es posible que se llegue a un acuerdo «secreto», que no sería hecho público hasta dentro de algún tiempo.
No hay que olvidar tampoco que el Parlamento Europeo, en su afán por ampliar sus competencias políticas, ha solicitado en numerosas ocasiones ser consultado antes de que el Consejo Europeo proceda al nombramiento del nuevo presidente de la Comisión. Una vez más, es el presidente francés, Giscard d'Estaing, uno de los máximos opositores a la ampliación de las competencias del Parlamento Europeo.
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