Escepticismo entre los compromisarios que asisten al congreso de UCD de Andalucía

Un total de 316 compromisarios, de los que sólo 212 tienen derecho a voto, asisten a la primera asamblea-congreso de la UCD de Andalucía, que ayer se inauguró en Torremolinos, en un acto en el que estaban presentes el secretario general de UCD, Rafael Calvo, y los titulares de las secretarías ejecutivas nacionales del partido centrista. La expectación que esta asamblea despertó en el mes de marzo, cuando fue convocada con el fin de recomponer el partido tras el descalabro del 28 de febrero, no se corresponde con la falta de entusiasmo y el excepticismo, que se hacía evidente en el acto inaugural entre un amplio sector de los compromisarios.

La capacidad decisoria de esta asamblea se encuentra limitada en dos de los tres temas que va a debatir. La ponencia autonómica nace condicionada por la reciente intervención del presidente del Gobierno en el Parlamento sobre este terna; por lo que hace a la Ponencia de organización regional del partido, todo va a quedar remitido al próximo congreso nacional de UCD. Esta es la razón por la que la asamblea-congreso ha estado a punto de ser suspendida, según se supo ayer de distintas fuentes consultadas. Según un destacado centrista, hasta hace tres días ha estado cuestionándose a diversos niveles la oportunidad y la utilidad de esta cumbre de la UCD andaluza.Tres factores jugaban en contra de esta celebración. Por una parte, la sustitución de Rafael Arias-Salgado como secretario general de UCD, ya que él fue un destacado valedor de la comisión gestora elegida tras la crisis del 28 de febrero y principal impulsora de esta asamblea; por otra, la dudosa utilidad de la misma, después del pronunciamiento del Gobierno sobre la cuestión andaluza, y finalmente, el temor de algún dirigente centrista de que la asamblea se les escapara de las manos, concretamente en el tema autonómico (cuestión de Almería) y obligara a una nueva desautorización de los andaluces por la dirección de Madrid, con resultados obviamente desastrosos.

Las propias intervenciones de los dirigentes centristas en el acto inaugural, subrayando la importancia de la asamblea y negando, como dijo el presidente en funciones del partido -Manuel Pérez Miyares-, que «estemos haciendo un acto formal y de imagen », indican hasta qué punto está en el ambiente la duda sobre lo que se ha venido a hacer a Torremolinos.

Por su parte, Rafael Calvo indicó a los compromisarios la importancia capital de dos de las ponencias a debatir: la autonómica y la socioeconómica, si bien silenció toda mención a la ponencia de organización regional del partido, que, en cambio, se presenta como la que va a capitalizar los debates, pues,de su aprobación se derivaría una modificación de los estatutos de UCD en el sentido de iniciar un proceso de estructura general dentro de una clara definición nacional.

En su intervención ante los compromisarlos, Rafael Calvo recalcó la absoluta imparcialidad de los organos nacionales del partido ante el desarrollo de la asamblea, y subrayó su plena autonomía de funcionami ento. En el tema autonómico dijo a los compromisanos que tenían un amplio campo de trabajo para llenar de contenido la oferta-marco del presidente del Gobierno, pero momentos antes, en una breve conferencia de prensa, había señalado rotundamente que el grupo parlamentario centrista no se plantearía la posibilidad de votar afirmativamente ninguna de las enmiendas a la ley de Referéndum, que pretende la repetición de la consulta en Almería, ni siquiera en el supuesto de que la asamblea de Torremolinos efectuara un pronunciamiento en este sentido.

La cuestión de Almería

Efectivamente, la cuestión de Almería va a ser planteada, aunque con escasísimas posibilidades de que prospere una propuesta de repetición del referéndum. Las delegaciones de Granada, Huelva y Almería son casi unánimemente contrarias a ello, y en las demás delegaciones, los partidarios de la repetición del referéndum están en franca minoría.La persona que más se ha significado a este respecto ha sido José Javier Rodríguez Alcaide, diputado por Córdoba, quien ha dicho que «no plantearse la cuestión de Almería indicaría una falta de sensibilidad política, porque si bien técnicamente la vía del artículo 143 es correcta, en política hay que contar también con los sentimientos». Sin embargo, Rodríguez Alcaide encuentra el inconveniente a la vía del artículo 151 de que podría llevar a Andalucía a ser la última región en dotarse de un estatuto autonómico. Arturo Moya, diputado por Granada, señalaría, por su parte, que en materia autonómica todo lo que no sea abrir vías de entendimiento con la izquierda es papel mojado.

Otro dato significativo de las dudas sobre la operatividad de esta asamblea que se celebra en Torremolinos es la cautela con la que se condujeron en este primer día los supuestos grupos que aspiran al control del partido. Cuando parecía que la elección de la mesa de la asamblea iba a permitir un primer escarceo indicativo de la fuerza de cada sector, sorprendenteménte sólo se presentó una candidatura de síntesis encabezada por Cecillo Valverde como presidente, que obtuvo 144 votos a favor, trece en blanco, veintidós en contra y tres nulos (los treinta votos restantes hasta los 212 se supone que pertenecen a no asistentes).