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El comité central del PSUC estudiará hoy sus tesis para el quinto congreso, que se celebrará en octubre

Un análisis crítico del proceso de transición a la democracia; el replanteamiento de la actividad sindical de los comunistas y sus relaciones con CC OO; el papel de los comunistas en las reivindicaciones catalanas, y el delicado tema de las relaciones internacionales entre comunistas, son los principales temas contenidos en unas extensas tesis elaboradas por una comisión del comité central del PSUC, en la perspectiva de su V Congreso, a celebrar en Barcelona a partir del próximo 29 de octubre. Un documento de cuarenta páginas constituye el anteproyecto de estas tesis. Deberá ser aprobado por una sesión del comité central del PSUC a celebrar hoy y mañana. Su elaboración ha ocupado durante meses a una comisión de unas diez personas.

Las críticas a la política de la URSS son muy leves. Hay una alusión, de pasada, a la intervención en Afganistán. En cambio, la República Popular China es duramente condenada por considerar que «ha acabado aliándose abiertamente con los Estados Unidos». En cambio, las críticas a la URSS son de este orden: «El papel que juega la URSS como encabezadora de un bloque político-militar le lleva a veces a poner por delante sus intereses estratégicos como gran potencia, lo cual crea situaciones de dependencia política entre países socialistas». Las tesis afirman también que, «en política internacional, el Gobierno Suárez mantiene una apariencia de no alineamiento que es falsa".El retorno del presidente de la Generalidad es considerado en términos ambiguos, mientras que se omite toda alusión crítica a la gestión personalista del ex presidente provisional. Se destaca, en cambio, que presidió «un Gobierno de unidad». El documento, afirma: «El retorno de Tarradellas como presidente fue una victoria de las fuerzas autonomistas»; a lo que agrega: «pero al mismo tiempo significaba para el Gobierno de UCD una manera de recuperar la iniciativa».Los pactos de la Moncloa -que «solamente eran plenamente aceptables para la izquierda con la constitución de un Gobierno de concentración»- y la política de consenso son considerados bajo planteamientos mucho más críticos que los propios de la dirección del PCE, pero sin llegar a los extremos ya expresados por las CC OO catalanas». Nuestra política», afirman las tesis, «ha tendido a privilegiar la maniobra por arriba y no ha puesto bastante el acento en informar, convencer y movilizar a los trabajadores»; a lo que añade: «Esta manera de hacer política ha contribuido a provocar el desconcierto y la desmovilización».

Las tesis condenan duramente todo tipo de terrorismo. Inmediatamente después de referirse al «terrorismo fomentado desde los sectores ultras de los mismos aparatos del Estado», añade que «como una forma de este último (tipo de terrorismo ultra) hay que ver también el terrorismo de grupos tan misteriosos como el GRAPO, conectado con exponentes ultras de algunos aparatos del Estado».

Las tesis toman abierto partido en favor de la defensa de la lengua y cultura catalanas. «El PSUC rechaza la pretensión -afirman las tesis- de que en Cataluña existen dos culturas: una catalana y otra inmigrada»; a lo que añade: «la cultura catalana es una cultura abierta, en pleno proceso de transformación y asimilación de toda clase de aportaciones. Frente a ella se alza el peligro de una cultura centralista oficial, en lengua castellana, aliada con la penetración cultural imperialista y dotada de poderosos instrumentos, que trata de impedir la formación de una cultura popular catalana que responda a las necesidades de expresión y comprensión del conjunto de las clases populares del país. El eje vertebrador de esta cultura es la cultura catalana autóctona». También afirman las tesis congresuales que «los comunistas hemos defendido y defendemos que la lengua propia de Cataluña es el catalán, y es preciso impulsar mucho más que hasta ahora el proceso de normalización linguística».

Respecto al tema sindical aparecen planteamientos muy críticos hasta ahora inéditos. Así, exponen las tesis: «Hemos situado al sindicalismo en pactos generales, como el de la Moncloa, del cual no se ha cumplido ninguna de las contrapartidas que contrapesaban el sacrificio salarial. Luego hemos ido a la negociación convenio a convenio. Hemos teorizado la necesidad de un plan de solidaridad nacional y de clase" para salir de la crisis económica, y hemos entrado en la negociación -el acuerdo-marco- de la política de rentas para tener que situarnos de nuevo en la negociación convenio a convenio. Sin entrar aquí en la valoración política de estas actitudes, podemos afirmar que el sindicato de CC OO se ha movido en un constante zigzag que ha imposibilitado, hasta hace muy poco, situarse en unas coordenadas más independientes y más correctas, en función de las posibilidades de actuación sindical ahora y no de hipotéticos planes generales de salida de la crisis, que sólo nos interesaban a los comunistas, que no eran aceptados por nadie y que desarmaban sindical y políticamente a los trabajadores».

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