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Bonhof: "Muchos jugadores españoles podrían disparar como yo"

Para Rainer Bonhof, el chutador más potente de Europa, según opinión muy generalizada, considera que la dureza de sus disparos está al alcance de la mayoría de los futbolistas españoles: «Sólo hay que practicar, atreverse a disparar en los partidos. Poco a poco se mejora. Pero al futbolista español no te gusta arriesgar la posesión del balón en un disparo desde lejos. Prefiere entrar en el área con regates».

Bild Zeitung, conocido diario alemán, realizó hace tres años una medición de la potencia de tiro de los jugadores más prestigiosos de Alemania en este sentido: «Se colocaba el balón sobre una pequeña plataforma que tenía un contacto eléctrico. A siete metros había una pared conectada con la plataforma, de forma que, al chutar contra la pared, un mecanismo registraba el tiempo que tardaba el balón en recorrer esos siete metros. Entonces se calculaba la velocidad». Ganó Bonhof, con 127 kilómetros por hora, «aunque no recuerdo si Zimmerman, un centrocampista del Fortuna de Düsseldorf, registró la misma velocidad o poco menos»,Sin embargo, no está seguro de ser el chutador más potente de Europa: «Hay gente que tira muy fuerte. Aquí está Scotta. Un día, jugando contra el Sevilla, me pegó un balonazo en el pecho que me dejó sin respiración. Nunca me han dado un balonazo así». Su gol más impresionante se lo marcó hace tres temporadas al Eintracht de Braunchsweig, desde 35 metros: «Sólo una vez he visto marcar un gol desde más lejos. Fue este año, a Nickel, del Borussia Moenchengladbach, que marcó casi desde el medio campo contra el Inter en la Copa de la UEFA. Pero el portera Bordon estaba algo adelantado y eso favoreció. De todas formas el tiro fue potentísimo».

Mentalidad

Para Bonhof, que hoy jugará ante el Rayo, la potencia de disparo es, antes que nada, cuestión de práctica: «Yo siempre he tratado de cuidar eso. De juvenil, en el Borussia Moenchengladbach, me entrenaba disparando contra una pared, para aprender a pegarle al balón con los dos pies y en distintas posturas. Luego fue cosa de practicar en los entrenamientos y de quitarme el complejo de ensayar el disparo en el partido. Si te decides a tirar desde fuera del área y no marcas, los compañeros te miran con mala cara, y el público te grita y tú te desanimas. Pero si te sobrepones a eso y lo vuelves a intentar cuando tienes oportunidad, de repente te encuentras con que un día te sale un disparo fabuloso desde treinta metros, y entonces estás en portada en los periódicos y escuchas la ovación de tu vida. Yo ahora tengo veintiocho años, y sólo hace cuatro que gané la soltura para disparar desde lejos con alguna frecuencia».

Sin embargo, no tiene mucha fe en que en, España salgan grandes chutadores: «No va con la mentalidad de aquí. El jugador español es técnico, le gusta acariciar el balón, regatear, retenerlo, manejarlo. A casi ninguno te gusta arriesgarlo con un tiro de lejos. Y creo que es un defecto serio, porque muchos partidos se resuelven con un disparo desde fuera del área. En el último Mundial, por ejemplo, se vio eso. Holanda nos marcó así uno a nosotros y dos a Italia, y gracias a eso llegó a la final. En los equipos españoles nadie tira desde lejos, y eso da una tranquilidad cuando juegas en un equipo alemán contra uno español».

En España su disparo no luce como antes: «Pero creo que no es culpa mía. Se me teme mucho, y, siempre hay uno o dos jugadores que me bloquean en cuanto estoy a quince metros del área. Casi nunca puedo intentar el disparo. Pero no creo que esté rindiendo tan mal como se ha dicho a veces».

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