Vicente Calderón reiteró nuevamente su absoluta confianza en Salvador Santos
Vicente Calderón, presidente del Atlético de Madrid, volvió a defender, contra viento y marea, a su vicepresidente, Salvador Santos, en el acto de presentación del nuevo técnico rojiblanco, Marcel Domingo. Calderón reiteró que está abierto a cualquier socio que quiera aspirar a la presidencia, aunque se negó a contestar acerca del dinero que debería avalar un posible aspirante. Respecto a las protestas contra el palco, dijo: «Hoy se chilla al Jefe del Estado, así que es lógico que también lo hagan conmigo. En los reinos de taifas creados por ahí, nos apedrean.» Marcel, por su parte, reinició su nueva etapa con esta frase: «El Atlético ha resucitado ya conmigo.»
Vicente Calderón quiso dar la cara ayer ante los informadores. Comenzó realizando una matización semántica. «No admito la palabra echar respecto a Luis. Es de mal tono. Tampoco se le ha cesado. Simplemente se ha cambiado un servicio, porque convenía al club. Si Luis considera que no se ha procedido correctamente, puede hablar conmigo y aclarar todo.» Luis aún no ha acudido por el estadio desde su cese o cambio de funciones. «A esta situación se ha llegado», dijo Calderón, «porque, a falta de nueve jornadas, el Atlético, con el cuarto presupuesto del país, no puede estar con dos negativos.» Posteriormente reconoció que «sí, es posible que se supervalorase al principio a la plantilla».Acerca de las cifras barajadas en la operación Marcel Domingo, Calderón no pudo ocultar cierto disgusto. Llegó a señalar que «se han dado cantidades absurdas, que me niego a comentar. El Atlético, además, siempre ha cumplido con todas sus obligaciones de pago». EL PAÍS informó ayer de estas cantidades. Marcel va a percibir dos millones fijos. Al margen, cobrará tres más si el equipo se clasifica para la UEFA, y cinco, si gana la Copa. El contrato del cesado Luis ascendía a cuatro millones, más otro millón y medio extra también por el título de Copa. Así pues, si el Atlético gana el torneo copero, la suma de la operación Domingo ascendería a casi trece millones -cantidad que se indicaba ayer-, sin contar mensualidades para Luis ni primas por los partidos. Es decir, siete para Marcel, los cuatro de la ficha de Luis, y su extra de millón y medio.
Las críticas que se realizan en los últimos tiempos hacia la labor del vicepresidente de la entidad, Salvador Santos, y hacia el propio Calderón por mantener su confianza en él -Víctor Martínez, ex secretario técnico, y Luis Aragonés, ex entrenador, estaban enfrentados abiertamente con sus métodos- motivaron una defensa a ultranza por parte de Calderón. «Salvador Santos es un gran trabajador, un hombre útil al club, que cumple con su obligación. En su día se aclararán todas las cuestiones e imputaciones que tan injustamente se le hacen. Que nadie dude que están perfectamente localizadas por mí. Conozco bien el alcance que tienen. Los socios ya tendrán en la junta general un informe exhaustivo de toda la situación. Entre tanto, comprenderán que, en ocasiones, contra mis deseos, tenga que callar y no replicar adecuadamente para salvar la imagen del club.»
Calderón admitió haber puesto especial énfasis en su larga parrafaca, que prácticamente dictó muy despacio, para que se recogieran bien sus frases. Salvador Santos, por su parte, señaló más tarde a EL PAÍS que no era el momento oportuno para defenderse de las. acusaciones vertidas sobre su persona y que prefería esperar a que el equipo se encontrara en mejor posición.
Vicente Calderón volvió a asegurar que en la próxima asamblea del club pondrá su cargo, y el de su junta, a disposición de los compromisarios. «Ahí se medirán los éxitos y fracasos. Serán los socios los que determinen lo que sea. No, aún no sé la fecha. Pero cualquier socio que quiera ser presidente puede venir. Las puertas están abiertas.» A la pregunta de cuánto dinero tendría que avalar ese hipotético aspirante, Calderón dijo: «Ha acertado, no voy a contestarle a eso, que es de régimen interno. Pero existe una auditoría de cuentas desde hace dieciséis años en el club.» El presidente del Atlético aludió también a sus ausencias a las reuniones de la Federación. «A veces he estado cuando se han tratado temas serios. No, no quiero decir que otras veces no se planteen asuntos poco serios. Se ha desequilibrado este tema.»
Calderón señaló asimismo que quizá su imagen esté gastada para algunos, como consecuencia de que en las últimas temporadas no ha habido triunfos. A renglón seguido explicó su personal visión de los males del fútbol español, o más concretamente pareció exponer sus impresiones sobre la actual coyuntura española. «Si al Jefe del Estado le chillan, no veo extraño que también se haga contra los palcos directivos. Es lógico. Nunca ha habido tanto gamberrismo como ahora. Jamás. Y se nota en la crispación en torno al fútbol. A mi entender hay menos educación. Se confunde la libertad con el libertinaje. De todas formas, por ahí fuera es peor. Nos llueven pedradas en casi todos los reinos de taifas formados. ¿Por qué? Porque somos del centro. No es lógico que aquí vergan equipos a los que se les trata bien, y fuera lo hagan de distinta forma con nosotros. Me refiero a cierto sector de aficionados. Los directivos se portan como auténticos señores.» Calderón acabó señalando que era muy difícil ser presidente, y que Pablo Porta era un gran presidente para el fútbol español. Esta frase dio la impresión de asegurarla plenamente convencido.
Marcel Domingo también ofreció sus impresiones, en su primer día al frente del Atlético, equipo al que ya entrenó hace varias temporadas. Marcel, dicharachero, amable y hablador, como siempre, afirmó que «el Atlético ha resucitado porque ha llegado Marcel. El momento es difícil, pero el equipo no debe estar con dos negativos. El Atlético va a empezar otra vez a vivir. Luis no era culpable. Son las circunstancias y la mala suerte lo que han motivado su marcha. El fútbol español está mal, fatal. Necesita un revulsivo, darle alegría. Los entrenadores tenemos que revisar los sistemas de entrenamiento, que son ya rutinarios. Quiero aclarar que nunca me peleé con un hijo del presidente, y que éste jamás dijo que yo no entrenaría nunca al Atlético. La prueba es evidente, porque he vuelto. Los que provocaron mi marcha ya no están en el club».
Rechazada la ficha
Sin embargo, la incorporación de Marcel Domingo al Atlético se ve rodeada de problemas. El Colegio Castellano de Entrenadores decidió ayer rechazar la inscripción de Marcel Domingo como entrenador del Atlético, amparándose en un artículo del Reglamento que impide a un entrenador cesado en un equipo entrenar a otro durante la misma temporada. El Atlético recurrirá contra esta decisión, pero en cualquier caso la inscripción de Marcel Domingo.
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