Manuel Zaguirre decidirá el futuro de USO
Manuel Zaguirre, secretario general de Unión Sindical Obrera (USO), tiene en la actualidad las manos libres para configurar el futuro del sindicato tras la escisión de la autodenominada «corriente socialista» y su intento formal de integrarse en Comisiones Obreras como «corriente de opinión y sindical». El proceso de USO puede desembocar en la incorporación en sus filas de los «independientes», con lo que sobreviviría el nombre USO, o en la integración en UGT, con lo que se afianzaría el proceso de bipolarización sindical en España.
Siete miembros «dimitidos» del secretariado confederal de USO y encuadrados en la «corriente socialista» acusaron ayer a Manuel Zaguirre, en conferencia de prensa, de intentar hacer de USO una central a la derecha de UGT y en el espectro político de UCD al tiempo de ser el personaje central en la maniobra de escisión dentro del sindicato utilizando para ello métodos contrarios a lo que establecen los propios estatutos e incluso la carta fundacional de USO.El intento de permanecer en USO como corriente socialista es inviable, porque «Zaguirre y la línea UCD» no respeta el pluralismo dentro del sindicato, afirmaron asimismo los citados sindicalistas. «La única salida posible ante esta situación es la incorporación a Comisiones Obreras si se respeta nuestra identidad de corriente socialista autogestionaria.»
En la reunión se desmintió que haya sido Comisiones Obreras o el propio Partido Comunista quienes instigaron a un acercamiento de la «corriente socialista» a aquel sindicato para provocar la escisión de USO. Según Manuel Pallarés, de la federación de la construcción, «fue la corriente socialista y no ningún partido u otra organización quien promovió la reunión que el martes se celebró con Comisiones Obreras para estudiar la posiblidad de ingreso en aquel sindicato, siempre que se reconociese nuestra postura de corriente de opinión y sindical». En este punto insistieron en rechazar las acusaciones de «submarinismo» que Manuel Zaguirre ha lanzado en los últimos días contra este grupo disidente y su cabeza visible, José Corell.
Jesús Molina, miembro de la comisión revisora de cuentas, acusó asimismo a Manuel Zaguirre de promover la detención de ocho miembros de USO a través de su «mano derecha», Hilario Franco, y pretender el usufructo de los locales de Madrid de la organización. Según esta versión, Hilario Franco denunció a algunos miembros del sindicato de hurto en aquellos locales, irregularidad que justificaría la orden del gobernador civil de proceder a su precintado a requerimiento del ministro de Trabajo. Las irregularidades, según la citada versión, no existieron porque la denuncia fue desestimada por el juez.
La «corriente socialista» de USO entiende que su petición de integración en CCOO significa un reto para esta central, que tendría que aceptar el pluralismo sindical dentro de la propia organización, y para la propia corriente, que debería aceptar la propia democracia dentro de CCOO y el riesgo de diluirse.
La «corriente socialista» estima que podría aportar cientos de delegados experimentados desde hace años y miles de afiliados para Comisiones Obreras. En términos aproximados confían que en la USO de Zaguirre se producirá una desafiliación de 12.000 delegados y alrededor de 100.000 afiliados. Las federaciones del País Valenciano, Madrid y Murcia, según estas fuentes, ya están decantadas por la «"corriente socialista", que no renuncia a los contenidos históricos de la Unión Sindical Obrera».
Comisiones Obreras, cuyo comité ejecutivo tiene la última palabra sobre la integración de la «corriente socialista» de USO, ha valorado de forma positiva esta posibilidad y ha declarado su abierta disposición para facilitar el desarrollo de esa corriente. En un comunicado hecho público el pasado martes, CCOO asegura que la integración «sería un acontecimiento histórico y de gran trascendencia para el movimiento sindical de nuestro país y redundaría en una mayor unidad y eficacia en la acción sindical de los trabajadores».
El rechazo de Zaguirre
La integración de la corriente socialista de USO en CCOO la ha criticado Manuel Zaguirre, por considerar que CCOO es «la antítesis del sindicalismo desde el momento que es el instrumento funcional del PCE en el terreno sindical».Asimismo, Manuel Zaguirre, en declaraciones a Efe, acusa a Comisiones Obreras de librar millones de pesetas a la corriente socialista de USO para fraguar esta crisis, a la que le han faltado meses «puesto que yo mismo me he encargado de sacar la maniobra a la opinión pública, de modo que el proceso ha tenido que acelerarse».
En un comunicado en la tarde de ayer, la Comisión Ejecutiva de USO anuncia la disolución de los órganos regionales de Murcia, que en adelante regirá una comisión gestora regional, y ratifica la expulsión de José Corell, José Domingo Malea y Vicente Campos (miembros de la comisión ejecutiva que fueron suspendidos de sus cargos el pasado día 3) y de otros diez dirigentes.
El mismo comunicado destaca la incongruencia que supone para la «corriente socialista» la declaración de que alrededor de 100.000 de los 160.000 afiliados a USO abandonarán la central y «huir vergonzosamente hacia Comisiones Obreras».
Según distintas fuentes, las posibilidades de Manuel Zaguirre al frente de USO se plantean en dos campos. El primero, consistiría en atraer hacia el sindicato a los « independientes », creados en gran número en el seno de los sindicatos verticales del franquismo y que obtendrían el respaldo del partido en el poder. Esta maniobra permitiría enjugar los numerosos abandonos del sindicato para militar en la «corriente socialista». El segundo camino de Manuel Zaguirre sería la integración de USO en UGT -él mismo ha rechazado la posibilidad de acercarse a CCOO- con lo que el espectro del sindicalismo español se bipolarizaría de forma definitiva en dos centrales, la propia UGT y Comisiones Obreras.
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