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La ejecutiva de USO suspende de sus cargos a los dirigentes del movimiento escisionista

La comisión ejecutiva de la Unión Sindical Obrera (USO) ha suspendido a los cuatro secretarios confederales que encabezaban el movimiento escisionista dentro del sindicato e integran el recientemente constituido Centro de Debate y Estudios Sindicales Autonomía Obrera (Cedes). Dicho Centro agrupa a los militantes de USO disconformes con la actuación del sector considerado crítico, encabezado por el secretario general del sindicato, Manuel Zaguirre, y sobre el mismo se especula con la inmediata integración en Comisiones Obreras.

Los suspendidos son José Corell, secretario de relaciones políticas y sindicales; -Vicente Campos, secretario de información y prensa; José Melea, secretario de economía, y Pablo Campos, secretario de negociación colectiva. Este último fue desalojado ayer por la policía de la sede central de USO -según él mismo informó a EL PAIS-, por indicación de Zaguirre.Según unas declaraciones de Manuel Zaguirre, quien se ha mostrado particularmente duro con los suspendidos, a los que incluso calificó de sinvergüenzas, la suspensión es efectiva hasta la próxima reunión del consejo confederal de la organización, que se celebrará los días 21 y 22 de este mes. En esta reunión se puede acordar la definitiva expulsión de los suspendidos, junto con los que también serían expulsados unos doscientos dirigentes vinculados a esta corriente.

El motivo de la suspensión, según Zaguirre, es que los referidos miembros de USO sin «instigadores del movimiento escisionista que, con complicidad de CCOO y el PCE, se ha llevado a cabo en el seno de USO».

La ejecutiva de USO ha acordado también emprender las acciones jurídicas pertinentes, a efectos penales, «por los robos y allanamiento de morada que han sufrido los locales de USO, que no tienen nada que ver con la política, sino con los jueces».

En cuanto a la incidencia del movimiento escisionista sobre los afiliados, Zaguirre dijo: «La afiliación no hay quien la mueva. En USO sólo ha habido una conspiración, que ya ha sido descubierta y que no tendrá ninguna incidencia sobre la organización. USO explicará a sus afiliados, en una circular, todos los hechos.» Por otra parte, el secretario de la región centro de USO, Hilario Franco, ha prensentado denuncia contra ocho miembros de la central por allanamiento y robo en la sede del sindicato en la madrileña calle del General Mola. Según Hilario Franco, las ocho personas se llevaron varias máquinas de escribir y una máquina de clisés eléctrica.

Estas nuevas escisiones registradas en el seno de USO abundan en la versión, ya difundida, de que el futuro del sindicato autogestionario se encontraba amenazado de desaparición, una vez culminada una cierta operación que dividiría la central entre los partidos de su integración en Comisiones Obreras (sector radical) y los que después de atraer a sus filas a las organizaciones independientes se integrarían en la Unión General de Trabajadores.

Esta versión, no obstante, establece un largo plazo de adaptación de la Unión General de Trabajadores hasta su disposición para acoger en su seno a los restos de USO.

Comisiones Obreras, por su parte, ha confirmado la existencia de contactos con miembros del sector radical de USO, para su integración en la central comunista.

Dichas fuentes han señalado que «en ningún caso hemos hechos una labor de rapiña, ya que siempre hemos respetado la independencia de los distintos sindicatos y no nos hemos interferido nunca en asuntos internos».

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