Atletismo sin futuro

Mariano Haro, que cumplirá cuarenta años en mayo, ha anunciado su deseo de participar, por cuarta vez, en unos Juegos Olímpicos. El veterano atleta, hoy alcalde de Becerril de Campos, ganador de las elecciones municipales con una candidatura independiente, quiere prepararse para alcanzar la mínima olímpica y acudir a Moscú con el equipo español, si es que éste está presente en la capital soviética.Mariano Haro no contó con el beneplácito del responsable de los fondistas hace cuatro años. Haro logró obtener la mínima y no se contentó con ser finalista; ocupó la sexta plaza en la final, lo que le proporcionó su segundo diploma olímpico. Haro demostró que no estaba acabado.

Las circunstancias han variado notablemente porque cuatro años más, forzosamente, deben notarse. Por otra parte, ha estado durante dos años alejado de la competición. Sin embargo, resultaría aventurado vaticinar que ya no será capaz de clasificarse para los Juegos. Haro es un hombre habituado al sacrificio en la pista, al esfuerzo hasta el límite y, por tanto, aún hay que concederle el beneficio de la duda.

Si Haro logra ir a Moscú -si es que va España-, el atletismo nacional recibirá una más de las múltiples bofetadas que encaja. Si Haro no tiene sustituto al cabo de tantos años habrá que aceptar que este país tiene un futuro muy oscuro en el plano atlético. Ello no obsta para que el actual presidente intente justificar su poco brillante labor con exabruptos.