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El sector privado se descuelga de la huelga británica del acero

En una medida de indiscutible sabor vaticano, el máximo líder sindical de la industria siderúrgica británica, Bill Sirs, se ha sacado de la manga una dispensa especial para permitir que los 3.000 trabajadores de la más importante firma privada de acero del Reino Unido rompan la huelga y se reintegren a sus puestos de trabajo.La huelga siderúrgica empezó el día 2 de enero pasado en todas las plantas de la compañía nacionalizada British Steel Corporation, y se extendió hace una semana al sector privado, por presión de la Confederación Sindical de Trabajadores del Hierro y el Acero.

Los trabajadores de la industria privada, que no tenían planteada ninguna reivindicación laboral con sus empresas, dieron a su sindicato una semana de plazo para resolver la disputa con la Corporación del Acero, con la amenaza de que si ese acuerdo no se producía volverían al trabajo.

Eso es exactamente lo que ocurrió ayer, lunes. Los 3.000 trabajadores de la mayor planta privada siderúrgica, Had Field, de Sheffield, se presentaron como un solo hombre a sus puestos de trabajo. A pesar de la fuerte presión de los piquetes enviados por los huelguistas del sector público, los obreros de Hadfield cruzaron la línea e iniciaron la producción.

La decisión ha supuesto un grave contratiempo para el secretario general de la Confederación Sindical, Bill Sirs, a quien no se le oculta que el éxito o fracaso de sus reivindicaciones laborales depende de que no se produzca a nivel nacional una sola tonelada de acero, bien sea en plantas públicas o privadas.

Sirs se ha cubierto ante sus afiliados manifestando que su sindicato ha considerado seriamente la situación financiera de Hadfield y que, a la vista de los datos suministrados por el presidente de la compañía, Derek Norton, había decidido promulgar «una dispensa especial» a sus afiliados en aquella firma para volver al trabajo.

Por otra parte, los once sindicatos que representan a los obreros especializados de la industria del acero decidieron el sábado aceptar una oferta de la British Steel Corporation, que supone un paquete de aumentos del 14%, dividido entre un 10% de incremento sobre el salario base y un 4% extra, negociado sobre aumentos de productividad.

El meollo de la cuestión hay que encontrarlo en la dramática situación en la que se encuentra la British Steel Corporation, que pierde cerca de un millón de libras diarias (unos 150 millones de pesetas).

El Gobierno pretende que los 450 millones de libras de subvenciones que librará el próximo año fiscal a la Corporación sea dedicado a que la industria sea competitiva en el mercado internacional, mientras que los sindicatos desean que parte de esa cantidad se dedique a la financiación del nuevo convenio colectivo.

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