Las cartas boca arriba
«Si la capacidad de asombro no fuese, afortunadamente, menor que la apertura permanente a la esperanza, sería muy difícil acoger con más interés que recelos la carta que Marcelino Camacho ha hecho llegar a Nicolás Redondo. El dirigente de Comisiones Obreras ha propuesto al de UGT una reunión de las ejecutivas de ambas centrales sindicales para "eliminar diferencias y conseguir mejores convenios para los trabajadores". ( ... )Quizá la respuesta de Nicolás Redondo: "Lo único positivo de la carta es que revela la falta de alternativas en que se mueve CCOO y su intento de buscar un posible acuerdo en torno al convenio-marco". sea despectiva o precipitada, aunque sin duda sea comprensible y esté en cierto modo justificada. Ciertamente parece una contradicción en la política de Comisiones Obreras, porque, por un lado, propone una reunión de entendimiento, mientras por otro su o rientación en la negociación de convenios se dirige a romper el acuerdo-marco obstaculizando las negociaciones. ( ... )
A la vista de los resultados de las movilizaciones inspiradas por la central comunista en las últimas semanas, haciendo confluir los conflictos de la construcción, el metal, la Renfe y el movimiento estudiantil, es posible que el cambio de estrategia pase por una reunión entre centrales que permita salvar diferencias. A esta reunión no debería negarse la UGT, por mucho que su secretario general tenga sobradas razones para decir a priori que ve muy difícil, por no decir imposible, llegar a un acuerdo. En la política y en la acción sindical hay que dar, al contrario, todas las oportunidades posibles.
La reunión de ambas ejecutivas -sin prejuicios, obstáculos, ni cartas ocultas- es posible y deseable. Sólo así, con las cartas boca arriba, podrán los trabajadores y los empresaríos conocer las verdaderas intenciones y la estrategia deljuego en una partida en la que todos nos jugamos algo más que el orgullo de ganar una batalla con el riesgo de perder una guerra. »
31 de enero