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Diecisiete víctimas, balance final de la Admiral's Cup

A diecisiete se elevó ayer el número total de personas muertas en el mar de Irlanda, a consecuencia del violento temporal que afectó, el pasado martes, a los yates que participaban en la regata Fastnet Race, última de la competición Admiral's Cup. Quince de las víctimas eran tripulantes de los yates siniestrados, y las otras dos personas fallecidas viajaban a bordo de una pequeña embarcación cuando fueron sorprendidas por el vendavalDe los 306 yates afectados por el desastre, veintidós están hundidos o se dan por perdidos. Los tres españoles y los cuatro argentinos que participaban en la competición se encuentran en diferentes puertos con toda su tripulación a salvo. En la tarde de ayer, y tras dos días de intensos esfuerzos, los equipos de rescate habían logrado localizar a cada uno de los 358 yates de todo tipo que en la mañana del sábado salieron del puerto inglés de Cowes.

Aviones Nimrod y helicópteros Seaking, de la Marina británica, apoyados por dos fragatas, dos remolcadores y multitud de lanchas de salvamento y otras embarcaciones llegadas de Francia e Irlanda, participaron en las operaciones de rescate, en una zona de más de 30.000 kilómetros cuadrados. El desastre dio pie a las inevitables recriminaciones sobre las condiciones exigidas a los participantes por los organizadores de la regata, el Royal Ocean Racing Club, tras conocerse que algunas de las embarcaciones carecían de equipos de radio. El secretario de este organismo, Alan Green, señaló que el club se propone abrir una investigación y, a la vista de sus conclusiones, se estudiará la conveniencia de exigir dicha circunstancia a todos los yates en próximas ediciones.

Polémica parlamentaria

El Departamento de Comercio también anunció una investigación sobre esta tragedia, cuyo coste para las compañías de seguros se ha estimado provisionalmente entre 144 y 288 millones de pesetas, según una versión, y setecientos millones, según otra. No ha faltado tampoco el parlamentario oportunista, en la persona del diputado laborista Sydney Bidwell, quien no perdió un minuto en interpelar al ministro -conservador- de Finanzas, Sir Geoffrey Howe, sobre el coste que para el contribuyente representará la gigantesca operación de rescate montada por la Marina real. Bidwell propone que sean los organizadores de la regata quienes ayuden a satisfacer los gastos, realizando una donación especial a la Hacienda pública. El diputado señaló que «está muy bien que los servicios de la nación acudan en ayuda del público en momentos de tragedia, pero debe reconocerse que, en este caso, las víctimas han sido en su mayoría gente acomodada, entregados a este deporte para su propio placer».Esta ha sido, sin duda, la más trágica de las veintisiete ediciones de la Fastnet Race, que se disputa cada dos años, desde su comienzo en 1925.

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