Los suizos aprueban en referéndum la ley atómica
El accidente de la central de Harrisburg, «caballo de batalla» de los ecologistas, de la extrema izquierda helvética y de los «antinucleares» por «convicción y doctrina», no sufrió un especial afecto entre el electorado suizo, que ayer, mediante referéndum, de pronunció a favor de la ley atórnica», obra del Gobierno, aprobada en el Parlamento y que contó con el apoyo de los llamados partidos burgueses, más el Partido Socialista suizo y el Partido suizo del Trabajo (comunista). El 68% del electorado votó «sí» a la ley atómica, y el 31,1 %, por la negativa. El porcentaje de abstención, 63%, indica que no es un problema que apasione mucho a los suizos.La ley, que tendrá vigencia hasta 1984, reglanienta la construcción y autorización para la explotación de nuevas centrales, sobre la base sustancial de acuerdos-cuadro, cláúsula de necesidades (se refiere a las necesidades energéticas que vayan surgiendo en el país) y cláusulas de seguridad. Todo este mecanismo queda en manos del Gobierno y del Parlamento, pero se calcula un largo período para que una central entre en operaciones, dados los procedimientos de autorización.
La cláusula que impone una garantía previa para la construcción de nuevas centrales, relativa a la eliminación o almacenamiento seguro de los residuos nucleares, sitúa a Suiza entre los países más reglamentados y severos en esta materia.
Actualmente hay tres centrales nucleares en funcionamiento en Suiza. Otras dos, las de Leibstadt y Gosgen, en condiciones de ser explotadas, deberán esperar algún tiempo. Al parecer, ni el Gobierno ni el Parlamento consideran oportuno tratar el tema a tan poco tiempo del accidente de Harrisburg.
Por otra parte. dos proyectos de construcción de centrales nucleares, una en Verbois y otra en Kaiseraugts, deberán esperar, quizá, un tiempo indefinido por ahora. Una autorización en estos momentos daría la razón a los ecologistas y extrema izquierda, que abogan por la prohibición total de centrales nucleares.
