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España, obligada a clasificarse para el europeo de Italia

Esta tarde empieza en Atenas y Salónica el cuarto torneo clasificatorio para el Campeonato de Europa que se celebrará en Italia a partir del 9 de junio. Son doce los países que intervienen, divididos en dos grupos. Entre ellos, España, que está obligada a ganarse la clasificación, debido a que en uno de sus fracasos más importantes de los últimos años quedó novena en el último europeo de Bélgica y perdió la categoría. Ahora es uno de los favoritos para estar entre los cuatro primeros y obtener el pasaporte para Italia.

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Por un lado hay que señalar que debido a cómo funciona el baloncesto español, que se traduce en que la selección tenga un tiempo ridículo para prepararse, poco se le puede exigir al conjunto de Díaz-Miguel. Sin embargo, por otro lado, y ante este torneo clasificatorio de Grecia, hay que aclarar que la selección tiene obligación inexcusable de estar entre los cuatro primeros, porque los países que acuden al mismo tienen en su mayoría menos entidad que España.Después de un año y medio de .inactividad, lo que constituye una auténtica aberración, la selección se concentró el día 15 de abril en Madrid. Disputó dos partidos con Cuba. El primero, en Móstoles, lo perdió por 85-98, y el segundo, en El Ferrol, lo ganó por 97-85. Después acudió al Torneo Hapeol, en Tel Aviv, donde venció a Israel, 86-80; Finlandia, 83-79, y Austria, 104-76, adjudicándose el triunfo. Ahora, en Grecia, debe subsanar sin mayores problemas el gran fracaso de «la era Saporta» ocurrido en Bélgica, después de 19. medalla de plata que obtuvo en Barcelona (1973) y el cuarto puesto logrado en Belgrado (1975).

Hecha la salvedad de que un equipo no se puede poner a punto ni preparar en tan corto espacio de tiempo, se puede decir que el baloncesto español puede incluso salir victorioso e invicto de Grecia. La selección española-podría vencer en circunstancias normales a cualquiera de los once rivales que acuden a Salónica y Atenas. La incógnita surge cuando se piensa que debido a esa escasez de tiempo ni siquiera se incorporó a la selección un preparador físico, cosa lógica si tenemos en cuenta que en tan poco días, y con la cantidad de partidos que los jugadores tienen en estas fechas sobre sus espaldas, poca planificación y poco trabajo se puede hacer en el terreno de la preparación física. A esto hay que unir que son nada menos que siete los jugadores que jugarán por primera vez un torneo oficial con la camiseta nacional, y la compenetración se hará muy difícil.

Por lo que respecta al grupo de Atenas, se puede hablar de cierta igualdad, a excepción de Escocia, que es el más flojo. Polonia inició en los últimos años una cuesta abajo y debe dejar de ser ese «gafe» que siempre fue para la selección española, aunque nadie ignora que en alguna ocasión se pactó el resultado, como ocurrió en el último partido del preolímpico de Monterrey, previo a los Juegos Olímpicos de México (1968). Entre Lopacka y Emiliano decidieron que fuera Polonia quien ganara Por-un punto, única forma de asegurarse ambos la clasificación, dejando fuera de combate a Uruguay. Tampoco Rumania -con ciertos reparos- y Francia, siempre irregular e indecisa ala hora de formar equipo y de. definir sus aspiraciones, deben ser rivales difíciles. Quizá -sólo quizá- la RFA, en su continuo ascenso, podría crear problemas, siempre, por supuesto, accesibles al juego de los hombres en los que depositó su confianza Antonio Díaz-Miguel, gran conocedor del deporte de la canasta y con quien el baloncesto español tiene una firme garantía.

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