La Copa, un torneo semiclandestino

Pablo Porta y sus presidentes de Primera División quieren cambiar el sistema copero. Se acaban de dar cuenta de que es un torneo semiclandestino. El futuro planteamiento irá hacia la reducción de fechas o, lo que es lo mismo, a la eliminación de participantes modestos. La Copa, que erróneamente se suele decir que influye negativamente en el rendimiento dominguero de los jugadores de Primera, quedará más reducida. La Federación, probablemente, se perderá la oportunidad de celebrar un torneo con una primera fase regional -con medidas correctoras- que podría recuperar el interés que ahora se ha perdido.

Los clubs de Primera División se han quejado en los últimos tiempos de la falta de fechas para poder organizar encuentros amistosos de los que proporcionan buenos beneficios. Paradójicamente, suele suceder que también se quejan cuando el calendario les ofrece un partido de competición a mitad de semana. Ahora hay quien propone la reducción del campeonato de Copa, torneo que ha quedado devaluado a costa de esa interminable serie de encuentros sin apenas interés.La Copa se ha disputado en los últimos años a base de buscar en las primeras rondas un emparejamiento por cercanías, pero esa medida de competición semirregional no ha satisfecho a nadie. En definitiva, se producen con reiteración, cada año, casi las mismas eliminatorias. Como primer punto básico habría que llevar a la Federación el convencimiento de que ningún club puede quedar exento en las primeras rondas. No debe ser mérito aplicable para la Copa una buena clasificación en la Liga anterior. Podría pasarse porque se considera al campeón del torneo, es decir, al que juega la Recopa, pero el quinto clasificado de la Liga es una aberración.

La Copa podría jugarse en una fase previa regional con título de campeón por medio y trofeo incluido, entre los componentes de cada federación encuadrados en categoría nacional. Para que fuera un torneo de muerte súbita podría recurrirse al partido único, lo que posibilitaría esos golpes de suerte de que un tercera eliminara a un primera. En lo relativo a los taquillajes, hay fórmulas más que conocidas para el reparto de los dineros. La final regional, paso al que debería llegarse, facilitaría nuevos ingresos a los mejores de la región. La final, en campo neutral, o en el de mayor capacidad si así conviniera a ambos contendientes.

La fase final de la Copa, el torneo propiamente nacional, se iniciaría con el número de clasificados por región que se estimase oportuno y en razón de su número de clubs en categoría nacional, pongamos por caso.

Probablemente habría que recurrir a crear las cabezas de serie para evitar eliminaciones prematuras entre los grandes, pero incluso esta fórmula tampoco perjudicaría a los modestos. Todo antes que este lánguido torneo actual.