La Sociedad de Fomento mantiene sus privilegios
Los deportes-espectáculo, que siempre tienen más de espectáculo que de deporte, guardan cierto paralelismo. Es evidente que a la Federación Española de Fútbol le ha salido una fuerte contestación en la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), y el tema que protagoniza esta información tiene mucho de parecido. A la Sociedad de Fomento y Cría Caballar, responsable de la organización de las carreras de caballos en España, se le quiere privar de esa «exclusiva» que le permite hacer y deshacer dentro de este mundo, y ha surgido la Asociación de Propietarios y Criadores, que, en cierto modo, se presenta como una alternativa de poder a largo plazo.
Sería absurdo ignorar que hasta hace muy poco -incluso ahora- las carreras de caballos han estado muy lejos de ser un deporte popular o, mejor, un espectáculo que «entrase» en el pueblo, en la gran masa. De ello se culpa de alguna manera a la Sociedad de Fomento, nacida en la aristocracia y con cierta historia clasista. La Sociedad usufructuaba los terrenos del hipódromo en la Castellana, que hubo de abandonar. Las mejoras y edificaciones que en él había realizado la Sociedad se elevaban a una crecida cantidad. Como consecuencia de esto apareció el hipódromo de El Pardo como sustituto, pero éste fue subastado por el Gobierno del Frente Popular el 22 de junio de 1936.Posteriormente, un decreto del 12 de enero de 1940. firmado por Francisco Franco, cedía a la Sociedad de Fomento el hipódromo de El Pardo -hoy conocido como Hipódromo de La Zarzuela- y anulaba la subasta celebrada en junio de 1936. Este decreto fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el 23 de enero de 1940. Más tarde, una orden de la Presidencia del Gobierno del 11 de noviembre de 1944, a propuesta del Ministerio del Ejército, dejaba en manos de la Jefatura de Cría Caballar y Remonta del Ministerio del Ejército la organización de carreras en todos los hipódromos de España. Dicha orden fue firmada por Luis Carrero Blanco y salió publicada en el Boletín Oficial del Estado cuatro días más tarde.
Igualmente, una nueva orden, también firmada por Carrero Blanco, el 12 de diciembre de 1944, disponía «que la Sociedad de Fomento y Cría Caballar de España y todas aquellas otras de carreras de caballos que perciban subvenciones del Ministerio del Ejército quedarán bajo exclusiva tutela e inspección de dicho Ministerio».
Por fin, un decreto firmado por Francisco Franco, de 27 de junio de 1957, relativo al pago de renta y conservación del hipódromo de Madrid, dice en uno de sus apartados: «Desde el año 1941 viene la referida Sociedad utilizando el hipódromo sin abonar renta alguna al Patrimonio Nacional y sin posibilidades económicas para atenderlo y conservarlo en debida forma». «Para resolver estos problemas económicos -continúa el decreto- también se autoriza que las apuestas de las carreras de caballos puedan efectuarse fuera del hipódromo.»
Es evidente que el asunto reviste importancia y conflictividad, habida cuenta de que entonces las apuestas, y juegos estaban prohibidos en España. La medida parecía un tanto arbitraria y no dejaba de ser un asomo de cómo en clara concomitancia oficial empezaría a funcionar la Sociedad de Fomento amparándose en órdenes y decretos que serían y siguen siendo intocables.
Todo parece Indicar, sin embargo. que últimamente la Sociedad quiere cambiar su política y su forma de actuar, haciéndola más acorde con los tiempos que se viven. Son muchas las cosas que habrá que hacer para cambiar la imagen claramente impopular, que tiene ese coto cerrado que constituye la Sociedad de Fomento; opinión esta con la que no está de acuerdo el gerente de la misma, José Manuel Lahera, con quien EL PAIS mantuvo una larga conversación, que junto con la que sostuvo con el gerente de la Asociación de Propietarios, Santiago Holguín, claramente opuesta, protagonizarán la segunda parte de esta información.
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