La Bolsa, antes y después de las elecciones

El pasado ciclo semanal, que sólo contó con tres jornadas hábiles a efectos bursátiles, giró en torno a las elecciones, presentando dos mitades claramente diferenciadas en cuanto a su orientación, tono y actividad.En las dos reuniones anteriores al breve paréntesis semanal del jueves, el mercado aparecía escasamente animado, con las opciones compradoras en clara inferioridad numérica frente a un papel que a pesar de presentar saldos moderados, le superaba ampliamente, produciéndose suaves deslizamientos en los cambios a la baja,

Los volúmenes de contratación se mantenían en niveles discretos, y el miércoles, a la vista del Boletín de Cotización Oficial de la Bolsa de Madrid, se producían numerosos sobresaltos entre los especialistas, pues se publicaba la negociación de 750 millones de pesetas en Bonos de Caja Indubán de la emisión de abril de 1978, cuando en realidad se trataba de 750.000 pesetas nominales.

A pesar del predominio de las posturas expectantes en las dos primeras sesiones, los valores eléctricos y bancarios contrataban con notable fluidez, resultando el resto de los sectores prácticamente inoperantes. Al cierre del miércoles, se observaba cómo algunos grupos tomaban posiciones de cara al desarrollo del proceso electoral. Estas posturas resultaron ampliamente criticadas entre los habituales, que las calificaban, en general, de poco consecuentes.

El viernes, y conociéndose ya los primeros avances de los resultados electorales, el mercado experimentaba una reacción espectacular. La práctica totalidad de los valores que regularmente cotizan en nuestra Bolsa, e incluso más de uno que sólo lo hace esporádicamente, registraban fuertes alzas, mientras que la demanda, que se iba multiplicando por momentos, debía ser atendida con papel facilitado por la Junta Sindical, al objeto de cubrir los porcentajes mínimos que permitieran la confección de los cambios.

Este fuerte movimiento alcista afectó a los tres mercados, siendo el índice de la Bolsa bilbaína quien mayores avances reflejaba, con una subida próxima a los siete puntos.

Entre los asiduos asistentes a las sesiones resultaba difícil encontrar quien recordase revalorizaciones de esta envergadura, y en general se manifestaba optimismo de cara al mantenimiento de la fuerte corriente compradora para las sesiones inmediatas, tornándose mucho más precavidos los pronósticos a la hora de vaticinar su duración y consistencia, pues se insistía que la reacción había sido generada en el mismo salón de contratación.