Cinco reclusas de Yeserías abandonan la huelga de hambre
Cinco reclusas de Yeserías que se hallaban en huelga de hambre desde hace una semana depusieron ayer su actitud. Siguen negándose a recibir alimentos en el centro penitenciario de mujeres de Madrid otras ocho internas, supuestas miembros de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), que participaron el miércoles 17 de enero en un motín y fueron sancionadas por ello.Siete de las reclusas que siguen negándose a tomar alimentos están en la propia cárcel de Yeserías. La octava está en el hospital penitenciario de Carabanchel, adonde fue trasladada anteayer al agravarse su enfermedad, una sarcecrosis, de la que ahora está siendo tratada en aquel centro médico.
La directora de la prisión de Yeserías, Ana María de la Rocha, manifestó ayer a EL PAIS que no se habían producido nuevos casos de enfermedad entre las reclusas que se mantienen en su actitud de protesta. «Sus constantes normales están bien», dijo la responsable del centro penitenciario.
Las autoridades de la prisión han recibido peticiones de grupos de reclusas no sancionadas que piden que se levanten las penas que pesan sobre sus compañeras, para que así cese el motivo por el que aquellas han ido a la huelga de hambre. Fuentes relacionadas con familiares de las reclusas juzgan excesivo el castigo recibido por aquellas en relación con la magnitud de los hechos por los que fueron castigadas. Las reclusas que se amotinaron causaron en la prisión daños cuya reparación costará unas 300.000 pesetas.
Además de las ocho reclusas en huelga de hambre en Madrid, siguen negándose a recibir alimento otras tres que fueron trasladadas a la cárcel de Córdoba, el último fin de semana, como castigo a su participación en el mencionado motín.
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