La OCU, independiente

En el ejemplar de EL PAÍS correspondiente al sábado pasado apareció una información en forma destacada, en la que se daba como un hecho que la UCD me había ofrecido y yo aceptado un puesto en su candidatura al Senado por Madrid. El periódico que diriges fue el único que dio nombres de candidatos del partido del Gobierno a la Alta Cámara y te ruego sea puntualizada la noticia, a fin de que los lectores de EL PAÍS tengan un conocimiento exacto de la realidad de lo ocurrido.Cerca de la media noche del viernes, día 19, un miembro muy cualificado del Comité Ejecutivo de la UCD y ministro del Gobierno, me hizo -con gran sorpresa por mi parte- el ofrecimiento, al que respondí en el curso de la misma conversación en sentido negativo, de no aceptación.

Expliqué mi decisión, invocando el criterio de que las asociaciones y los líderes de los consumidores no deben concurrir a la lucha electoral en elecciones generales y mucho menos formando parte, aunque sea a título de independientes, de candidaturas cuyas opciones ideológicas disputan el voto con las demás. Según es notorio y vengo sosteniendo públicamente desde hace casi cuatro años, las organizaciones de consumidores han de ser independientes del Gobierno, de los partidos políticos y de los poderes económicos, único modo de poder actuar con entera libertad en la tarea que les incumbe de informar, defender y representar a los consumidores y usuarios.

Quiero también se aclare que no tengo, actualmente, vinculación a la Editorial Católica distinta a la titularidad de unas pocas acciones. Como es sabido, hace ya años que dimití del puesto que tenía en el consejo de administración.