Martínez, un oriundo español, ganó la etapa reina pirenaica

El francés Mariano Martínez venció ayer en la décima etapa, la más importante de las pirenaicas, al contar en su recorrido con el Tourmalet y el Aspin y con llegada en el alto de Saint Lary Soulan. En segundo lugar se clasificó Hinault, a tan sólo cinco segundos de diferencia, el mismo tiempo que el tercero, el belga Pollentier. Cuarto fue Zoetemelk, a diecinueve segundos, mientras que el español Galdos -único destacado- llegó octavo, a dos minutos y medio del vencedor. El francés Thevenet, vencedor de la pasada edición del Tour, se vio obligado a retirarse de la prueba, como la esperanza española en la montaña, Fernández Ovies. Hinault, Pollentier, Zoetemelk y Bruyere, que aún conserva el maillot de líder, parecen ser los únicos candidatos ya al triunfo final.

Maertens, que llegó a casi cinco minutos del primero y que ha bajado varios puestos en la general, hasta colocarse en séptima posición, hizo una gran etapa para sus características, y un hombre que ha perdido posibilidades, pero aún conserva algunas, es el holandés Kuiper, gran amenaza del vencedor del año pasado, Thevenet. Ahora se encuentra a 4-08. A destacar la buena actuación del portugués Agostinho, sexto en la general tras la etapa, pese a trabajar siempre para Pollentier y Maertens.Los 161 kilómetros entre Pau y el alto de Saint Lary Soulan dieron al final un vencedor inesperado, el francés de origen español Martínez, líder del modesto equipo Jobo. Al parecer es la única forma de que destaque España en este Tour: a través de los oriundos. Ayer también abandonó Fernández Ovies. Martínez es un buen corredor, bastante completo, que sólo flojea en las pruebas contra reloj.

El temible Tourmalet, como se esperaba, hizo la primera gran selección del Tour, y el mismo Thevenet, que ya lo pasó muy mal anteayer en el puerto de Marie Blanque, se bajó de la bicicleta en sus primeras rampas, a 85 kilómetros tan sólo de la salida de Pau. Un ataque de Zoetemelk y Pollentier pareció, por un momento, que iba a distanciar a Hinault, la gran esperanza francesa, pero el último ganador de la Vuelta a España encontró un gran aliado en Martínez y, poco a poco, ambos lograron dar caza a los dos peligrosos hombres de cabeza. Por la cima pasó primero Pollentier, que está pletórico de fuerzas, seguido de Martínez, Hinault, Zoetemelk y Kuiper. Galdos fue octavo. El resto de los españoles, salvo Nazábal y Menéndez, estaban ya perdidos.

Martínez, en las rampas finales de Saint Lary, verdaderamente impresionantes por su dureza -y una vez pasado el «pequeño descanso» del Aspin- atacó con fuerza y logró imponerse a sus rivales.