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Los sirios tratan de desarmar a las milicias cristianas de extrema derecha

Por tres o cuatro veces consecutivas fue roto en Beirut el alto el fuego entre las tropas sirias y los milicianos falangistas, con los cuales se pretendía poner fin a unos enfrentamientos que en los tres últimos días han causado ya más de cien muertos y casi un millar de heridos.

Los barrios cristianos e importantes sectores del partido Falange, Achrafie y Ain Remane, han sido bombardeados con todo tipo de armas. La población que vive en ellos se ha visto obligada a pasar estos tres días casi totalmente en los refugios y los daños materiales, según la radio falangista, son cuantiosos.El partido Falange, de Pierre Gemayel, y el Liberal Nacional, del ex presidente Camille Chamun, ambos de extrema derecha, se han aliado de nuevo ante estos ataques sirios. Chamun solicitó ayer en un llamamiento al presidente sirio, Estados Unidos y la URSS, la retirada de la fuerzas «pacificadoras», en su mayor parte sirias.

A su vez, el patriarca maronita católico, Antonius Butros Joreich, hizo un llamamiento a los beligerantes para que suspendan las hostilidades y «tengan piedad» de las gentes, que ya no pueden soportar más lo que han sufrido.

Desde que entraran en Líbano, en noviembre de 1976, como fuerzas de mediación en la guerra civil libanesa, las tropas sirias han tratado de lograr la formación de un Gobierno libanés fuerte y central, aunque solicitaban un mejor reparto del poder entre musulmanes y cristianos, principalmente en el Ejército, dominado por los cristianos. Al mismo tiempo exigían que el Gobierno libanés prescindiese de los oficiales que más habían colaborado con la fuerzas israelíes en las distintas incursiones de estas al sur de Líbano.

El mes pasado, el jefe del Estado sirio, Hafez el Assad, y el presidente libanés, Ellas Sarkis, se entrevistaron en la ciudad sirla de Latakia, en donde se acordó el relevo de las fuerzas pacificadoras sirlas por el Ejército libanés.

El asesinato del hijo del ex presidente Soleiman Frangie y otras treinta y dos personas de su familia, a manos de milicianos cristianos, fue interpretado por los sirios, dada su cooperación con la familia Frangie, corrio una atentado directo contra ellos y los acuerdos quedaron revocados.

Los actuales ataques de las fuerzas sírias a las milicias cristianas y liberales son interpretados en Beirut como un intento de Siria de destruir de una vez por todas la fuerza de las milicias cristianas.

Los sirios parecen decididos a desarmar a las milicias cristianas, después de haber sido ellos en realidad quienes les salvaran, interviniendo en la guerra civil libanesa, cuando los cristianos llevaban las de perder frente a la coalición de fuerzas izquierdistas y progresistas libanesas y la resistencia palestina. Las relaciones entre los sirlos y la extrema derecha cristiana se enfriaron debido a la cooperación de ésta con Israel.

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