_
_
_
_

Cuarenta años de retraso lleva el atletismo femenino español

En la Westathletic el atletismo femenino español batió cinco records nacionales. Esto es algo poco usual porque para conseguir un récord es necesario que el atleta tenga todo a favor y nada en contra. No se trata, en la consecución de un récord, de ganar a los demás, sino de superarse a sí mismo. Y es que el atletismo femenino en España aún está naciendo. Mientras las españolas hicieron su debut internacional en 1964, las atletas extranjeras llevaban ya 43 años compitiendo entre ellas.

En atletismo no existen los milagros. Las españolas de hoy están tan perfectamente dotadas físicamente como las campeonas olímpicas en su día. Pero es evidente que en España el atletismo femenino lleva un retraso abismal. Hace quince años, las chicas españolas que hacían atletismo en la Ciudad Universitaria madrileña tuvieron que retirarse a Vallehermoso, con puertas cerradas, para entrenarse sin que se burlasen de ellas. Al regreso de Lisboa, donde disputaron su primer enfrentamiento internacional, la Sección Femenina llamó al orden a las atletas.Ahora, en estos años, cuando la mujer española ha comenzado a poder hacer atletismo es cuando los resultados se dejan notar. De ahí que, con toda facilidad, hayan caído en Sittard nada menos que cinco records nacionales. Haber ganado a Dinamarca y Austria supone un paso importantísimo. Las chicas llevan practicando el atletismo en esos países bastante más tiempo que las españolas. Baste con decir que Austria organizó sus primeros campeonatos nacionales femeninos en 1918.

Por estas razones los records de España femeninos están aún muy lejos de los mundiales. Baste un ejemplo, el récord nacional de longitud está en 5'97; el mundial, en 1936 estaba en un centímetro más. Sin embargo en las pruebas de más reciente incorporación, los 3.000 metros y los cuatrocientos metros vallas, hay dos atletas españolas, Montserrat Pujol y Carmen Valero, de categoría internacional. Son, de momento, las únicas atletas españolas que han logrado hacer las marcas mínimas para los campeonatos de Europa. En estas pruebas el tren se ha cogido prácticamente al mismo tiempo que en el resto de los países, algo que no han podido hacer las atletas españolas de otras especialidades porque cuando éstas comenzaron, en Europa y en el mundo llevaban años practicándose.

Las atletas españolas no han tenido, además, las mismas oportunidades que los chicos. Nunca pudieron disponer de unas residencias Blume, hoy tan criticadas pero en su día de una validez absoluta. Y a pesar de todo siempre se las ha medido con el mismo rasero que los hombres a la hora de acudir a importantes confrontaciones internacionales. Si hay que hacer marca mínima a ellas también se las exije cuando los atletas masculinos tuvieron la oportunidad de ir sin mínima, en los años en que el atletismo español comenzaba, para ir a aprender. Esta teoría ya no es válida y no se aplica a las chicas por lo que su aprendizaje será aún lento y reducido a una minoría.

Basta ahora que las atletas españolas tengan un mínimo de facilidades para que los récords caígan fácilmente. Fue suficiente que tuvieran la oportunidad de acudir a la Westathletic con una preparación adecuada, con un hombre dedicado a ellas, Ballesteros, para que la moral del equipo subiera enteros y las atletas respondieran al máximo.

Con esto no se pueden lanzar las campanas al vuelo, sino valorar al atletismo femenino español en su justa medida y reconocer aún su subdesarrollo para en vez de criticarlo, disculparlo. En el cuadro que presentamos a continuación con el nombre de la atleta y marca que es récord nacional está el año en que esa marca era récord mundial. La diferencia es abismal, en algunas pruebas. Y es que hay que tener en cuenta que el atletismo femenino comenzó a practicarse recién terminada la primera guerra mundial. Fue una francesa, Alicia Milliat, la que propugnó la creación de una federación internacional de atletismo femenino, hecho que se logró en 1921. Siete años más tarde, en los Juegos Olímpicos quedaron incluidas cinco pruebas femeninas: 100 metros, 800, 4 X 100, altura y disco. Luego las restantes especialidades fueron incorporándose de manera gradual. Los 3.000 metros y los 400 vallas son las únicas que aún no están en el calendario olímpico y tampoco se disputarán en Moscú, por entender que aún no tienen la suficiente difusión. En España, al menos, esta vez se cogió el tren a tiempo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_