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"La práctica sindical de UGT no necesita calificarse, de marxista, puesto que lo es"

Del 25 al 28 próximos tendrá lugar en Barcelona el XXXI Congreso Confederal de la UGT, primero en la legalidad tras la guerra civil (el anterior, celebrado en Madrid hace dos años, fue tolerado por el Gobierno Arias, aunque la central sindical continuaba fuera de la legalidad). Al mismo asistirán 1.200 delegados, en representación de los dos millones de afiliados, según explicaron en rueda de prensa los miembros de la ejecutiva de UGT.

Nicolás Redondo, secretario general, destacó la elección de Barcelona como sede de este congreso «tratando de entroncar con la historia y la tradición del sindicato, cuando UGT -dijo- ha vuelto a ser lo que fue en 1936, en que tenía 1.250.000 afiliados».En el congreso se debatirán las propuestas presentadas por las cincuenta uniones provinciales y por las veintiuna federaciones de industria. Todas estas propuestas han sido ordenadas y figuran en un mismo volumen, junto al balance pormenorizado de la gestión de la comisión ejecutiva durante los dos últimos años. El balance de la gestión, pendiente de la aprobación o rechazo por el congreso, ha sido ya asumido por el comité confederal.

Dentro de las ponencias elevadas al congreso destacan, según los dirigentes ugetistas, las que aspiran a acentuar la adecuación organizativa del sindicato a la situación real del país. En este sentido hicieron hincapié sobre la prestación de servicios a los afiliados, asesorías laborales, servicio de economistas y sociólogos, entre otros. También resaltaron la necesidad de llevar el sindicato a los centros de trabajo y de otorgar un mayor papel a las federaciones de industria.

Otro bloque de ponencias de especial interés gira en tomo a la política reivindicativa. Política de alianzas con otras centrales, unidad de acción, negociación colectiva dentro y fuera de la empresa, derechos constitucionales, acción sindical en la empresa y pactos de la Moncloa.

Los recortes que está introduciendo UCD en el texto de la ponencia del proyecto de ley de acción sindical, que se está discutiendo estos días por la Comisión de Trabajo del Congreso, va a agudizar previsiblemente la lucha de clases, afirmaría en un momento de la rueda Nicolás Redondo. Tal recrudecimiento de la lucha de clases comenzó con la campaña empresarial contra el proyecto y con sus reiteradas amenazas, según el dirigente ugetista, «lo que puede generar una mayor contestación y una mayor dureza por parte de los sindicatos y de los trabajadores».

En este punto, y a preguntas de los periodistas, Manuel Chaves advirtió que los sindicatos y los trabajadores van a tratar de conseguir en los convenios lo que UCD y los empresarios han recortado en la ley de acción sindical.

No habrá trasvase a CCOO

Las declaraciones del secretario general del PSOE, Felipe González, sobre el abandono del marxismo, y las posibles repercusiones en la UGT (el congreso se ocupará de las relaciones sindicato-partido) centraron buena parte de las preguntas de los periodistas. Nicolás Redondo, que concedió que el tema podía ser planteado por algún delegado en el congreso de Barcelona, explicó que, a su juicio, «en un sindicato no es necesario el término marxismo. Por otra parte, en los principios de la UGT -añadió- hay una definición clara de sindicato de clase que aspira a la apropiación de los medios de producción, por lo que la palabra marxismo sería una redundancia». Afirmó también que no tenía conocimiento de que se hubiera producido ninguna reacción por las declaraciones en la base de UGT, y que no estimaba probable el trasvase de afiliados por tal motivo a CCOO.La prohibición de las tendencias en UGT, tradicionalmente aceptada desde su fundación y expresamente incluida en los estatutos en el congreso precedente, podría desaparecer de los mismos -en tal sentido hay alguna propuesta-, aunque la prohibición, de forma tácita, seguiría vigente.

Existen también diversas propuestas, según informaron, para ampliar la composición actual de la ejecutiva -quince personas- a diecisiete o diecinueve miembros. Sobre los temas laborales en la Constitución, Jerónimo Saavedra se refirió a las cortapisas que se plantean para ciertos colectivos en cuanto al derecho huelga y la libertad sindical, que podrían ser excluidos -lo que es contrario a los convenios de la OIT suscritos por el Gobierno-, mediante legislación ordinaria. UGT, añadieron, piensa denunciar ante la OIT tales restricciones, y va a seguir afiliando, aunque sea ilegal, al personal civil al servicio de la Administración militar.

Dentro de¡ balance de la gestión de la ejecutiva, cuya aprobación por el congreso es previa a la presentación de candidaturas, aunque parece seguro -él no lo dijo- que Nicolás Redondo se presente a la reelección, se preguntó a los dirigentes ugetistas por sus negociaciones con el Gobierno. El secretario general reconoció que no habían conseguido gran cosa todavía.

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