Ballesteros, Garrido y Piñero, en el Open de España

Con el Open de Portugal dio comienzo este año el Circuito Europeo que celebra su segunda prueba a partir de hoy en el Real Club de Golf de El Prat, en Barcelona. Posteriormente, el escenario de la tercera competición será Madrid. Componen el Circuito Europeo un total de veintidós torneos puntuables para la denominada Orden del Mérito. Los golfistas españoles ocuparon el pasado año cinco de los diez primeros puestos de ella y Severiano Ballesteros quedó en cabeza de la clasificación final. Ballesteros estará en Barcelona.

Ciertamente va a resultar comprometido para la élite del golf en España igualar al menos los éxitos conseguidos en la temporada anterior. Nada menos que ocho títulos aleanzaron los españoles, lo que motivó el apelativo de «armada invencible». En el recuento de torneos logrados, Manuel Ramos se adjudicó el primero, el Open de Portugal; el de España fue para Bernard Gallagher, mientras Francisco Abreu quedó en segunda posición. A partir de ahí se sucedieron una serie de triunfos importantes y consecutivos. El Open de Madrid, celebrado en el Club de Campo, fue para Antonio Garrido y el propio Abreu quedó segundo, Angel Gallardo si obtuvo el siguiente triunfo al vencer en el Open de Italia.El primer éxito de Severiano Ballesteros llegó a continuación concretamente en el Open de Francia, siendo Antonio Garrido segundo. Los españoles arrollaban y comenzaban a ser temidos en el concierto europeo, más aún tras el siguiente torneo, el llamado Benson and Hedges en Gran Bretaña, que conoció otro triunfo hispano, esta vez de Antonio Garrido. La extraordinaria racha continuó en el Penfold PGA con victoria de Manuel Piñero, en uno de los torneos más importantes de todo el calendario.

Tras un paréntesis de tres torneos, en los que no se participó, Severiano Ballesteros volvía a inscribir su nombre en el palmarés de vencedores al adjudicarse el Unirroyal International en tierras británicas. El magnífico Tom Watson se llevó los dos torneos siguientes, la Copa de Barcelona -por delante de Manuel Piñero y Antonio Garrido-, y el Open Británico, superando al «monstruo» Jack Nicklaus. Ballesteros ocupó en esta última prueba el puesto quince, pero logró resarcirse en la siguiente, al vencer en el Open Suizo, cerrando definitivamente el balance de triunfos. Luego, los españoles seguirían ocupando puestos de privilegio en los restantes torneos, destacando el segundo lugar de Ballesteros en el Trofeo Lancome, y los terceros puestos del propio Ballesteros y de Manuel Piñero en otros dos torneos.

El Open de España, en marcha

Con el séptimo lugar alcanzado por Severiano en el reciente Torneo de Campeones en Estados Unidos, pese a que el español mandó en la clasificación hasta la última jornada y también tras su importante triunfo en el Open de Greensboro, así como la tercera plaza de Antonio Garrido en el Open de Portugal, comienza hoy el de España hasta el sábado. Los premios superan los cuatro millones y medio de pesetas, de los que el vencedor se llevará 900.000 pesetas, La competición se jugará a cuatro vueltas de dieciócho hoyos «medalplay». Habrá jugadores de veinte países. Y aparte de todos los importantes españoles, cabe destacar al neozelandés. Bob Charles, considerado como el mejor jugador zurdo del mundo; el surafricano Dale Hayes, que ya venció en una ocasión en este torneo, así como el ganador del título individual en la Copa del Mundo de 1976, el mexicano Ernesto Pérez Acosta y los escoceses Bernard Gallacher -campeón el pasado año- o Nick Faldo.El gran favorito, sin embargo, será Ballesteros, recientemente invitado, a título excepcional por no ser norteamericano, a jugar el Campeonato.de la PGA -uno de los cuatro grandes torneos mundiales- que se disputará del 31 de julio al 6 de agosto en Oakmont, recibiendo, además, ofrecimiento para participar en el próximo Circuito Profesional de Estados Unidos -aún no ha decidido si lo hará- y muy posiblemente también será invitado a intervenir en el Campeonato Open de Estados Unidos -en Denver, el próximo mes de junio-, sin necesidad de intervenir en la fase de precalifícación.