Ante Noruega, otra prueba inútil de la selección

España ganó a Noruega por tres a cero, pero según se esperaba el partido fue de un nivel de juego lamentable. La selección resultó un grupo de amigos sin que las pruebas de hombres se justificaran ni sirvieran y la simple anticipación y entrega de los noruegos les bastó para sostenerse sin hacer demasiado el ridículo. En la segunda parte, Noruega mereció incluso algún gol y se comentó que parecía imposible ante toda una selección española. A fin de cuentas, ésta jugaba en un campo donde este año el histórico Sporting hace un buen fútbol.El exceso de individualismo en bastantes hombres de la selección -que además, nunca fue práctico-, la anticipación en las jugadas de los noruegos y la ausencia de un centro del campo válido para organizar unjuego coherente, hicieron que la calidad española fuera muy escasa en la primera parte. No obstante, el primer gol vino muy pronto de la única jugada ligada por el extremo izquierdo, porque el equipo español nunca abrió debidamente el juego, ni por ese lado ni por el derecho. En realidad por este último resultó inútil ante la mala actuación de un desconocido Dan¡. Marañón mejoraría en la segunda parte.

En cuanto al segundo gol, fue producto de un embarullamiento seguido. Buena prueba de que la selección volvió a dejar clara su carencia endémica de extremos -¿por qué no sejuega de una vez la baza de Argote?- fue que Santillana estuvo a punto de marcar dos goles más antes del descanso, siempre por el centro, pero Jakobsen lo impidió.

El fútbol español -que no tiene la calidad de otros, naturalmente- debería acordarse ahora que sigue de pruebas raquíticas yllegará a Argentina de la mism a forma, que el juego por los extremos, cuando no se tienen otras calidades, continúa siendo fundamental. Cardeñosa, uno de los más individualistas ayer y con continuos fallos en el pase, tampoco se entendió nunca con Marañón y tanto él como Villar no aprovecharon los marcajes por zonas, no rígidos, de los noruegos para organizarjuego. Lo de Cardeñosa fue inexplicable, pero lo de Villar sí, porque es sólo un marcador.

España planteó un cuatro-tres-tres con Quin¡ arrancando de atrás, que se convirtió muchas veces en cuatro-dos-cuatro al irse el gijonés hacia adelante. Por la nulidad del centro de¡ campo noruego, España dominó. siempre, pero de nade le sirvió tener cuatro hombres en punta si jugaron apelotonados, fallaron en el pase y se excedieron en la retención del balón ante la entrega amateur de los noruegos. En la segunda parte, las cosas sólo mejoraron en que se dio más juego a Marañón por la izquierda y por su lado vino el tercer gol y también el anulado a Quin¡. Pero el centro del campo desapareció aún más, pues ni San José ni Lanchas ayudaron nada. La verdad es que uno se intenta poner en la mente de Kubala e intenta imaginar de qtré sirve probar a jugadores como Verdugo o a Lanchas de central. Para colmo, ninguno de los laterales, incluido Gordillo, subieron ni una vez al ataque por las alas. Noruega, en su inocencia supina, adelantó algo a sus hombres y a punto estuvo de marcar. El partido acabó también entre fallos y como dos equipos jugando en un patio de colegio. Ambos suspendieron, pero el suspenso de España fue una vez más mucho más grave. ¿Para qué sirvió?