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Fotonoticia:

El gesto feroz de « Mano de Piedra ».

El árbitro ha tenido que sujetar el brazo de Roberto Mano de Piedra Durán, que contempla con gesto feroz -¿dónde ha quedado el deporte?- a Esteban de Jesús, derrumbado por sus golpes. La pelea se celebró en Las Vegas y tenía como fin unificar los dos títulos mundiales de los ligeros: Durán lo era según la WBA y De Jesús, según el WBC. Ganó Mano de Piedra, que con su descomunal fortaleza se anotó una nueva victoria antes del límite, esta vez en el decimosegundo asalto. El panameño sólo ha sufrido una derrota en toda su carrera, y precisamente fue ante el mismo puertorriqueño, su único enemigo de entidad. La pelea del sábadó, entre ambos contendientes, al decir de las reseñas una de las más impresionantes celebradas en los últimos tiempos por la disputa de un título mundial, pareció el mejor ejemplo de cómo se puede derrumbar a un hombre legalmente dentro de un ring y bajo unas reglas. El boxeo profesional admite también la saña reflejada en la cara de Durán. El público, como en los tiempos del circo romano, se siente entre sorprendido y enfervorizado. La ley del fuera de combate se ha enseñoreado, una vez más, por un cuadrilátero, y otro hombre quedará con las secuelas de un KO

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