Alonso marginado por la Residencia Blume

Mientras el atletismo español celebra su asamblea nacional a partir de hoy, a un atleta concentrado por la propia Federación para disputar unas pruebas de entrenamiento, junto con otros trece compañeros, se le impedía comer en la Residencia Blume, por lo que responsable, preparadores y los catorce atletas hubieron de marcharse de la citada Residencia para poder comer todos juntos en un restaurante.

El caso, por absurdo que parezca, se produjo ayer en Madrid. Un total de catorce atletas fueron convocados por la Federación Española de Atletismo para realizar durante tres días una serie de entrenamientos. A primera hora de ayer, todos ellos se presentaron con normalidad y se dirigieron a las instalaciones de Vallehermoso, donde se estuvieron entrenando. Sin embargo, cuando marcharon a la Residencia Blume para comer, les fue comunicado por los funcionarios presentes que al atleta José Alonso se le prohibía hacerlo.Según una carta firmada por el director de la Residencia, José Casero, este atleta no tenía acceso permitido a ningún sitio «excepto al bar». Por supuesto, los encargados del servicio de comidas no podían atenderle. Tras el lógico estupor y sorpresa de todos, la totalidad de los presentes hubieron de marchar a un restaurante para que el chico no comiera solo.

Al parecer, las causas aducidas por el director de la Residencia para adoptar esta determinación son las de que este atleta -actual campeón de España de cuatrocientos vallas y medalla de bronce en el Campeonato de Europa junior disputado en Atenas- había sido expulsado hace dos años de la misma residencia. Sin embargo, según nos contó Manuel Pascua Piqueras -responsable de los atletas convocados- la realidad es que el chico no es que fuera expulsado, sino que fue el único deportista que no fue admitido en la Residencia, según explicaba un telegrama enviado al atleta en el que «la DND, la Federación Española de Atletismo y la dirección de la Residencia, vistos los resultados académicos y deportivos, han decidido no prorrogar la beca que disfrutaba». Lo curioso es que este telegrama fue enviado, en los mismos términos, a otros trece deportistas, pese a lo cual el único que quedó fuera ese año fue José Alonso.

Los atletas mantuvieron ayer por la tarde una reunión en la que se solidarizaron lógicamente con Alonso -tiene en su poder la carta de la Federación Española en la que se le convocaba y se le exponía el horario de entrenamiento, reunión y... ¡hora de la comida!- y decidieron seguir en la concentración fuera de la Residencia. Cuando el presidente de la Federación Española de Atletismo habla de «cambiar toda la estructura que rige actualmente este deporte», casos como el que nos ocupa demuestran la urgencia de ese cambio.