El Barcelona homenajeó a Tarradellas
Por vez primera visitó el domingo el Camp Nou, el president Tarradellas. Bajo el lema de benvingu president, a la sombra de las senyeras y entre el canto coral de Els segadors, el Barcelona le metió cinco goles a Las Palmas y recuperó el liderato de la Liga. A la mayor gloria de la fiesta blaugrana colaboraron, el sábado, el Valencia que derrotó al Español y el colegiado valenciano, señor García Carrión. Como respuesta al directivo madridista, señor Velo de Antelo, cada día en posiciones más derechistas, los jugadores del Madrid fueron derrotados en Vallecas por el Rayo, que tuvo en los graderíos una hinchada animosa, aunque con la ausencia del hombre más popular de la barriada, Santiago Carrillo.
Fue ponerse enfermo Bernabéu y echar a Miljanic, y comenzar a ganar el Madrid. Ha bastado que Bernabéu haya salido del sanatorio y que Miljanic haya regresado como turista, para que el Madrid haya sufrido el primer tropiezo con Molowny en el banquillo. En Vallecas están que se relamen. Porque eso de ganarle al Madrid es como un sueño cumplido. La progresía política se sintió ayer satisfecha porque a la izquierda le mola que un equipo de barriada derrote al equipo capitalista. Lo curioso es que el presidente del Rayo resulta mucho más derechista que Bernabéu. Pero al viejo pescador de Santa Pola le han pintado con una orla del viejo régimen y no hay quien se la quite.Agustín Montal dijo un día aquello de que El Barca es mes que un club y hace cuanto puede para que la imagen permanezca. El primer partido que ha visto el presidente de la Generalitat ha sido en el Camp Nou. En la pasada temporada se cantó Els segadors en el estadio y se armó la marimorena con cargas, carreras y costumbres todavía entonces al uso. El domingo hubo cántico coral con el «bon colp de falc» y no pasó nada. Nada si se exceptúa que el Barça se encorajinó y le metió cinco goles a Las Palmas. Los cinco goles barcelonistas los marcaron los argentinos Zuviría y Heredia, y los holandeses Cruyff y Neeskens.
Dicen que Tarradellas también irá al campo del Español, pero esta visita habrá que tomarla como pura y simple cortesía. En Sarriá ya se sabe que hay menos senyeras que en el Camp Nou. El antecesor de Tarradellas en la Diputación, señor Samaranch, es españolista, pero ahora anda por Moscú y se supone que no podrá estar en el palco de Casa Rabia, junto a Tarradellas. Será la primera vez que se mueva una hoja del árbol españolista y no esté Samaranch para dar fe de ello. Quien hay que suponer que no se perderá el acontecimiento será Pablo Porta, presidente de la Española y periquilo de siempre. A lo mejor, le explica a Tarradellas por qué aceptó ser el primer presidente para Barcelona de la Unión del Pueblo Español, asociación política que estuvo de moda antes de que Suárez habitase la Moncloa.
Montal había citado a la clientela azulgrana para el final de la Liga en la plaza de Sant Jaume, para ofrecer el título al honorable. De momento, Tarradellas ya está en el Palau de Sant Jaume y el Barcelona ha vuelto a superar, en la tabla, al Madrid, pero todo hace suponer que no va a ser tan fácil que las cosas acaben así. La Casa Blanca no se rinde. Perder en Vallecas ha sido una concesión a la democracia, lo cual siempre queda bien, pero de aquí al final, aún queda un largo trecho. A no ser que de pronto, el Colegio de Arbitros se haya llenado de rojos. Aunque eso sí, algo pasa con los árbitros que se hinchan a mostrar tarjetas y a pitar penaltis.
Las alegrías domingueras de la progresía sufrieron un gran con tratiempo en Sevilla en donde el Eurobetis de Felipe González, se dejó ganar la partida por el Salamanca. Va a ser cosa de que Felipe les de un toque a sus muchachos, porque a este paso, va a recuperar votos el sevillismo, como dicen las últimas encuestas. Lo del Betis puede tener cierto arreglo mañana frente al Lokomotiv de Leipzig. Mañana tenemos, otra vez, miércoles europeo y todo hace pensar que para algún equipo será día de Animas. El listón de la segunda ronda europea, parece que será infranque able para algún equipo. La criba ha comenzado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.