_
_
_
_

Tráfico final en Estoril

Las Cuatro Horas de Estoril (Portugal), puntuable para el Campeonato de Europa de Turismos, terminó, con un trágico final. Un piloto portugués, Ribeiro da Silva, era arrollado por el BMW de Grano, justo cuando aquél cruzaba la pistá mientras éste traspasaba la meta a más de doscientos k/ h.

Por parte española, de los dos equipos que había en carrera, uno, formado por Sanz de Madrid-Oñoro, desaparecería justo al inicio, mientras que el otro, compuesto por Bagration-Orlandis, lograría alzarse hasta el octavo puesto de la general siendo los primeros de la división hasta 1.300.La carrera había comenzado con neto dominio de los BMW 3.5. Pero, esta vez, era Quester -piloto de Alpine- el que infringía un severo correctivo a sus rivales, los Lúigi.

Pero es al final de la carrera cuando surge el drama. Grano -que había sustituído a Quester- se encuentra con que el Alpine no tiene batería y alternador suficientes como para mantener las luces encendidas (pese a que, por lo avanzado de la tarde, la visibilidad es muy reducida), no puede mantener su ritmo. En medio de una gran tensión, es poco a poco alcarizado por Facetti.

Mientras tanto, el piloto portugués Ribeiro da Silva, con graves problemas de motor, sedetiene en la parte izquierda de la pista, unos metros antes de cruzarla línea de meta. Minutos más tarde, cuando el director de carrera baja la bandera, el portugués vuelve a poner su coche en marcha para cruzar la meta y detenerse metros más allá, pero ya clasificado. Luego, cuando cree que todos los vehículos han pasado ya, cruza la pista.

Nunca lo hubiera hecho. Grano -siempre con las luces apagadas-, que aún no había traspasado la meta, llega en ese momento lanzado a más de doscientos kilómetros por hora. El italiano no puede evitar arrollar al piloto portugués, que sale despedido por los aires -prácticamente reventado- debido al violentísimo encontronazo. Parte de su cuerpo cae materialmente sobre los muchísimo espectadores que se han agolpado en boxes justo en la línea de meta. El espectáculo es dantesco. A los instantes de pánico iniciales les siguen momentos de intenso dramatismo, pues son miles de personas las que han presenciado directamente como se producía este macabro final. Final que, de no ser por el refuerzo transversal de la barra antivuelo del BMW de Grano, podría haber sido aún peor, pues el italiano habría seguido la misma suerte del portugués, y su coche, rodando descontrolado a esa velocidad, habría sembrado la muerte.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_