Las Juventudes Socialistas debaten la unidad de la izquierda

Hoy comienza en Madrid el XIII Congreso de las Juventudes Socialistas del PSOE, primero de los que se celebran en la legalidad en España desde la guerra civil. El avance en la formulación de una política de unidad de la izquierda, y la explicación de las expulsiones llevadas a cabo desde el anterior congreso -en base a lo que las JJSS denominan entrismo o infiltración de otras organizaciones-, constituyen algunos de los temas de fondo de este congreso.Por otra parte, Miguel Angel Pino, actual secretario general, no se presenta a la reelección, y como candidatos a ese puesto se rumorean los nombres de José Antonio Barragán, de la federación de Sevilla, y Alberto Landáburu, de Madrid. Parece existir una intensa actividad, previa a la celebración de elecciones de los cargos directivos, para buscar apoyos a las correspondientes candidaturas.

En una rueda de prensa celebra da ayer, miembros de la ejecutiva saliente explicaron que las JJSS han pasado «de ser una organización de cuadros, a una organización de masas», con 30.000 afiliados censados a 15 de agosto pasado. Según Miguel Angel, Pino, no se trata de que las juventudes obliguen al PSOE a radicalizarse más, sino que «el PSOE está siendo tan radical como las juventudes», aunque éstos deben mantener su espíritu crítico.

También aclaró que «no hay que caer en el peligro de las Juventudes Socialistas Unificadas: se piensa en la unidad de acción de las distintas organizaciones juveniles por la base, pero no en la unificación orgánica». Los dirigentes mencionados lanzaron también críticas sobre la «ausencia descarada de una política juvenil por parte del Gobierno», y explicaron que existe un proyecto para crear la organización halcones rojos, destinada a la infancia.

Asistirán al congreso quinientos delegados, procedentes de todas las provincias españolas, y sesenta delegaciones internacionales, entre ellas las de varios países comunistas.

Por otra parte, nuestra corresponsal en Vitoria, Ana Garbati, informa que doce de los treinta expulsados de las Juventudes Socialistas de Alava durante los meses de enero y marzo intentarán exponer su situación y defenderse de las acusaciones que sobre ellos pesan, durante la celebración del XIII Congreso. Afirman que no existen pruebas de que su periódico Nueva Claridad se saliera de las resoluciones del anterior congreso -celebrado en Lisboa-, y menos de que pertenezcan a la tendencia internacional llamada militante aseguran que al ambiente creado por las expulsiones puede calificarse de caza de brujas constante.