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Campaña electoral: la "batalla" por Madrid

Areilza: Las dos alas del franquismo se entienden por debajo perfectamente"

De «auténtica alternativa de gobierno para resolver los problemas de España» calificó José María de Areilza la opción política que representan los senadores para la democracia durante el mitin celebrado ayer en el estadio del Rayo Vallecano en apoyo de dicha candidatura, formada por Mariano Aguilar Navarro -catedrático de Derecho Internacional-, Manuel Villar Arregui y Joaquín Satrústegui -abogado-. Propuesta por varios miles de ciudadanos, la candidatura Senadores para la Democracia cuenta con el apoyo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de la Federación de la Democracia Cristiana (FDC) y de Alianza Liberal (AL) y no se descarta que sea apoyada por otras fuerzas democráticas de izquierda.

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En el acto intervinieron diversos dirigentes de los partidos que apoyan la candidatura, entre ellos Enrique Barón, Jaime Miralles, José María Gil-Robles y Gil-Delgado, Víctor Martínez-Conde, Carlota Bustelo y Joaquín Ruiz-Giménez. José María de Areilza actuó como liberal independiente. Las intervenciones de los tres candidatos cerraron el acto electoral.La intervención del señor Areilza, que fue la más brillante y políticamente más incisiva, se inició con un llamamiento a los electores madrileños para que tomen conciencia de que está en sus manos «una decisión histórica». El triunfo de los senadorespara la democracia, según el señor Areilza, demostrará que en España «existen unas tendencías de opinión considerables que se agrupan en torno al liberalismo, a la democracia cristiana y al socialismo, y que esas corrientes auténticas, que el Gobierno trata de dividir, combatir y suplantar con formaciones artificiales, corresponden a las que hay en Europa». Las fuerzas democráticas, precisó el señor Areilza, deben obtener un número de escaños suficiente para controlar democráticamente el Parlamento y evitar que se convierta en una simple cámara de resonancia que trate de legitimar el franquismo. José María de Areilza hizo una referencia, sin citarlas, a la Alianza Popular y a la Unión del Centro Democrático, «las dos alas del franquismo -dijo- que se entienden por debajo perfectamente a pesar de las aparentes batallas que riñen en la superficie y que harán todo lo posible para que las próximas Cortes no sean constituyentes ni soberanas».

Tras referirse a otros candidatos al Senado, concretamente a los que se debe un 30 % de aumento del coste de la vida al año, casi un millón de parados en la actualidad, una deuda exterior ya peligrosa y unos servicios públicos deficientes, el señor Areilza presentó a los senadores para la democracia como los hombres que constituyen «una auténtica alternativa de gobierno para resolver los problemas de España con programas eficaces». El señor Areilza echó en falta un auténtico debate nacional en TVE en el que el Gobierno explicara cuál es la verdadera situación económica del país y dejara. participar en él a los demás partidos en vez de adjudicar a estos últimos escasos minutos para que expongan apresuradamente su catecismo políticos entre Uno, dos y tres globos y La casa de la pradera.

Con anterioridad al señor Areilza intervino Enrique Barón, que ocupa el puesto tercero en la lista del PSOE por Madrid, el cual afirmó que los demócratas «no podían tolerar que el Senado se convirtiera en un asilo de jubilados del franquismo», y José Maria Gil-Robles y Gil-Delgado, quien se refirió a la trayectoria democrática y antifranquista de los tres candidatos.

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Víctor Martínez-Conde y Carlota Bustelo, por su parte, llamaron a los trabajadores y mujeres, respectivamente, a que votasen a los senadores para la democracia, ya que «no podemos permitir un Senado hecho de saldos del franquismo, sino de hombres que han luchado por la libertad y la democracia». Joaquín Ruiz-Giménez, número uno en la lista al Congreso por Madrid de la Federación de la Democracia Cristiana, manifestó que «sólo si estos hombres triunfan habrá voz de libertad y democracia en las Cortes, lo que no ocurrirá si vencen las candidaturas de Alianza Popular y la Unión del Centro Democrático».

Mariano Aguilar Navarro, el primer candidato que intervino, habló como internacionalista de la necesidad de que la nación española recobrara su plena soberanía después de que «la autocracia nos haya convertido en un protectorado cabileño de Estados Unidos con la firma del acuerdo vejatorio de las bases de 1953, que originó la proliferación de Gibraltares en suelo español». Joaquín Satrústegui, por su parte, explicó que participó en el alzamiento del 18 de julio de 1936, pero que ya en 1940 «se enfrentó a Franco porque yo no hice la guerra para establecer una dictadura». Prometió luchar por la amnistía y la legalización de todos los partidos políticos, que deberán ser los primeros actos de las nuevas Cortes.

Finalmente, Manuel Villar Arregui se dirigió a los presentes como señores y señoras, porque «encarnáis la soberanía popular después de atravesar el largo túnel en que todos éramos súbditos». Manifestó que la candidatura de la que toma parte está obligada a realizar los ideales de la libertad, a luchar por los derechos humanos y por las legítimas autonomías de las regiones de la misma forma que socialistas, democristianos y liberales lucharon después de la segunda guerra mundial para levantar a Europa de las ruinas en que la dejaron nazis y fascistas.

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