_
_
_
_

Victoria sin brillo del Madrid

El Madrid ha sumado dos ruevos puntos en su penoso caminal hacia alguno de los puestos que dan paso a la Copa de la UEFA. El Santander ofreció una imagen algo mejor que la del domingo último en el Manzanares, pero la suerte le traicionó en los trances decisivos. Por su juego estuvo cerca de conseguir el empate.El Madrid se presentó el domingo ante las cámaras de televisión con claros propósitos de enmienda. Velázquez, tras varias semanas de ausencia, volvía al equipo. Jensen regresaba de nuevo al puesto de delantero centro con pe rmiso para moverse con libertad, según hacíaen el Borussia. Miljanic parecía dispuesto a enmendar errores, en busca de dos puntos para trepar un poquito en la clasificación y en busca también de rehabilitar su imagen y la de su equipo ante la pequeña pantalla. Enfrente, el débil Santander podría ser una fácil víctima, según se había podido apreciar siete días antes en el Manzanares.

Y, en efecto, todo pareció encaminado a salir bien desde muy pronto. El Santander, con Sergio de falso extremo, dejaba sólo dos hombres en punta, Aítor y Zuviría, y colocaba en la media, junto al propio Sergio, a Geñupi, Lolo y Barrero, todos ellos con especial preocupación defensiva. El planteamiento, de salida, facilitaba al Madrid el dominio territorial, pues permitía a Camacho las incursiones hacia la delantera, y ponía en peligro al inseguro Damas. El Madrid trataba de echarle alegría a su juego, y a ratos lo conseguía, a pesar de que Lolo marcaba bien a Velázquez, que además acusó algo su larga ausencia.

A pocei de pasar el cuarto de hora de juego llegó el primer gol. Ma- guregui vio entonces que no había ya nada que defender y decidió cambiar de sistema para jugar con un cuatro-tres- tres clásico. Iglesias, el líbero, fue sacrificado para dar paso a Jíménez, que ocupó el puesto de extremo derecho, mientras que Geñupi se retrasaba a la posición dé defensa de cierre. El Santander, que necesita de forma casi desesperada puntos, tenía que buscar el gol y se puso a jugarle de tú a tú al Madrid. Fue entonces cuando se notó que el equipo blanco sigue muy justo de fuerzas y de fe en sí mismo, y así, aunque en el primer tiempo el Santander no terminó de soltarse y todo su peligro vino por algunos disparos lejanos de Lulo y Geñupi, en el segundo el Madrid se vio bastante ahogado. Ensayó la trampa del fuera de juego, pero no se tiene bien aprendida la lección y el truco no sirvió más que para facilitar el empate, conseguido por Jiménez, el hombre incorporado sobre la rnarcha.

La suerte para el Madrid fue encontrarse con su segundo gol cuando más apretaba el Racing y cuando más se estaban notando sus grietas defensivas. Una mala cesión de Portu a Damas asesinó la reacción santanderina no mucho después de llegado el empate, y el equipo entero tardó mucho en salir de su anonadamiento. Pese a ello, el partido siguió con dominio alterno y conjugadas de gol repartidas en las dos áreas. La fatiga física hizo aparición general sobre el campo, los marcajes se fueron esfumando y los pocos hombres que mantuvieron su fortaleza, como Lolo, alborotaron lo suyo. Altor dejó escapar las mejores ocasiones de su equipó y Aguilar, el único colaborador que Jensen tuvo en el ataque madridista porque Roberto hizo uno de sus partidos más negados, consiguió cerca del pitido Final el tercer gol madridista. Sólo entonces llegó la tranquilidad al equipo de Miljanic, que, salvada esta jornada. ve un poquito más cerca la participación en la Copa de la UEFA. Queda la visita del Atlético para la semana próxima y el desplazamiento a La Rosaleda, todo un regalo, para la última jornada. El Madrid, pues. está un tanto en manos del Atlético, que a su vez querrá cantar el alirón en el Bernabéu.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_