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Mero trámite

Tanda reducida a sólo dos sesiones hábiles por las festividades de Semana Santa. Pero habría sido mejor echar el cierre y que todos nos hubiéramos ido de vacaciones, no por bien ganadas, sino simplemente, para evitar que continúe el debilitamiento general de los cambios.

Si el ex sindico de Madrid, Pedro Rodríguez Ponga, explicaba que sólo se podía considerar una Bolsa enferma cuando no reaccionaba nos empezamos a temer que un tumor, quizás maligno, esta corroyendo el mercado de valores.

No importa el bajo nivel de cambios ni los anuncios de ampliaciones (aunque sean gratis), ni los buenos resultados comunicados en las Juntas (al menos las bancarias), nada. Se ha perdido el pulso y la desgana más general invade a los operadores habituales.

De los diez minutos de duración que tiene cada corro de contratación sobran nueve ya que parece que la gente se interesa más por lo que está fuera del parquet que por lo que sucede en el mismo. Esas mini-semanas que en otros tiempos se aprovechaban para «calentar» las cotizaciones, ahora sólo sirven para acentuar el languidecimiento y aburrir al más santo. Es, en pocas palabras, un panorama francamente desolador, donde no se sabe si llorar o reir ante la falta de nervio que se está sufriendo.

Las interpretaciones de este comportamiento tampoco coinciden. Desde quien lo achaca a la evolución política hasta quien lo atribuye a la concienciación de la situación económica, hay explicaciones para todos los gustos. Y seguramente la verdad esté en el promedio de estas dos versiones.

En la tanda bajan todos los sectores, menos el de varios, por la recuperación de Galerías. El índice madrileño cede casi un 1 %.

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