Gravísimas deficiencias médicas en las prisiones argentinas

Consternación produjo el lunes en la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo técnico-sanitario de las Naciones Unidas la denuncia formulada ante su director general, doctor Mahler, por el ex senador uruguayo Enrique Erro, actualmente exiliado en Paris.Erro denuncia que durante su exilio en Argentina, país en el cual estuvo prisionero cerca de dos años, después del golpe de Estado uruguayo, en junio de 1973, vivió en su propia carne la «cómplicidad asesina» de un grupo de médicos argentinos encargados de «atender» la salud de los prisioneros en diversas cárceles de ese país.

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Consternación produjo el lunes en la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo técnico-sanitario de las Naciones Unidas la denuncia formulada ante su director general, doctor Mahler, por el ex senador uruguayo Enrique Erro, actualmente exiliado en Paris.Erro denuncia que durante su exilio en Argentina, país en el cual estuvo prisionero cerca de dos años, después del golpe de Estado uruguayo, en junio de 1973, vivió en su propia carne la «cómplicidad asesina» de un grupo de médicos argentinos encargados de «atender» la salud de los prisioneros en diversas cárceles de ese país.

En su carta acusa a un médico de apellido Cordero, director del servicio médico del penal de Villa Devoto, que en mayo de 1975 intentó ocultar una epidemia de hepatitis en los pabellones de los presos políticos donde se encontraban incluso mujeres con niños pequeños. Añade en su denuncia, que «el médico de turno del mismo penal, doctor Cohen, se negaba a tratar a los enfermos».

Enrique Erro pidió a la Organización Mundial de la Salud, además de que se investiguen estos hechos denunciados en detalle, que la OMS «impulse la posibilidad de un estudio sobre las consecuencias de las torturas», ofreciendo proporcionar casos concretos de detenidos.