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Guruceta, considerado provocador, expulsó a Rojo I

El Atlético, nuevo líder gracias a su triunfo en San Mamés

El Atlético es líder de nuevo gracias a los dos puntos obtenidos en San Mamés en difíciles circunstancias. El juego de los madrileños, que tuvieron que soportar una terrible dureza por parte del rival, fue bueno y tranquilo. Podría decirse que el Atlético se limitó a ser espectador privilegiado del combate entre el Athletic y Guruceta y que supo aprovechar las circunstancias.En San Mamés se mira con mucha antipatía al Atlético de Madrid por la abundancia de jugadores suramericanos que tiene en sus filas. De ahí que fuera recibido con una enorme pita y que hubiera especial interés en ganarle. Pero la suerte para el Atlético fue que también Guruceta es objeto de especiales antipatías en este campo, donde ocurrieron graves incidentes con ocasión de un encuentro de Copa entre el Bilbao Athletic y Las Palmas, dirigido aquí por Guruceta el pasado mes de noviembre. Así, las antipatías estaban, repartidas desde el principio y -el Atlético, resultaba favorecido-Después, el protagonismo de Guruceta haría que toda la atención se centrara en él, y el equipo de Luis salió muy beneficiado de ello.

El partido se desarrolló con interés y buen juego. El Athletic corría más, presionaba y se empleaba con bastante mala uva en las entradas, todo lo cual le daba el mando del partido, por lo que se jugaba con mayor frecuencia en el área de Reina que en la de Iríbar, pero como quiera que el Atlético respondía bien en la defensa, especialmente por alto, con Carlos perfectamente anulado por Eusebio y por Pereira, y que Ayala y Rubén Cano, bien apoyados por Leal, Robi, Alberto y Bermejo, amenazaban con sus contraataques, no era fácil anticipar cuál de los dos equipos sería el primero en marcar. Hubo ocasiones en ambas puertas y jugadas de bastante calidad, en especial dos de Churruca, alma del ataque bilbaíno por su velocidad y visión de la jugada.

Todo cambió con la expulsión de Rojo I. El Athletic quedaba en inferioridad de condiciones, y el ambiente se enrareció ya hasta el final.

El Atlético, a partir de ahí, no quiso entrar, ni salir en la pelea, y se limitó a seguir haciendo su fútbol. El Athletic, por contra, se «calentó» y redobló la dureza de sus entradas, especialmente por parte de Escalza y Guisasola sobre Ayala y Rubén Cano. El gran acierto y el gran mérito del Atlético fue, sin duda, el no caer en la reyerta -a la que, en honor a la verdad, hay que decir que son muy aficionados algunos de sus jugadores- y, por contra, encajarlo todo sin pestañear, a fin de ¡lo complicarse- las cosas en un partido que se le presentaba en esas circunstancias como favorable.

Marcelino, libre de marcaje, quedaba suelto, y Churruca trató de multiplicarse para taparle el paso a él y a Robi, pues los dos buscaban las penetraciones por la derecha. De cuando en cuando le echaban una mano Villar y Alexanco -que alternaban en el puesto de libero- en su batallar en la media, pero iodo ello a expensas de cierto desorden defensivo, del que caería como consecuencia el gol de Rubén Cano cerca del descanso.

La segunda mitad, ya con ventaja madrileña, fue de continuo y desesperado acoso del Athletic, que trataba de compensar su inferioridad numérica con un extraordinario derroche físico. Se defendía con la trampa del fuera de juego, en cuya práctica llegó a arriesgar mucho, y se volcaba sobre el área de Reina, en la que el juego de todos los madrileños fue tranquilo y en el caso de Pereira .extraordinario, con Carlos muy sujeto por alto, con Dan¡ bien perseguido por Capón y con un sobreesfuerzo extraordinario en el resto de lo hombres que se sumaban al ataque, el Athletic se veía sin inspiración para marcar. Hubo, pese a todo, sustos para Reina -como también los hubo para Iríbar en contraataques que llegaron hasta él, pero el partido terminó sin más goles. El Atlético, tranquilo, alcanzó los puntos y el liderato. Al Athletic, la torpeza de Rojo I -un profesional debe evitar este tipo de problemas y más cuando, como muchas personas del club bilbaíno afirman, había motivos para pensar que Guruceta tenía interés en provocarle- le hundió, porque le dejó con un jugador menos ante un equipo al que no se pueden hacer concesiones. La Liga se calienta, y el partido del Atlético en el Camp Nou cobra aún mayor interés.

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