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El positivo rojiblanco no pagará tasas de aduana

El Atlético sacó un punto del estadio Insular que no pagará tasas de aduana. El punto se logró a base de esfuerzo, sacrificio y tenacidad. Las Palmas, que mereció una mejor suerte en la primera parte del encuentro, no encontró en sus pulmones la reserva suficiente de oxígeno para mantener la línea de juego en la segunda mitad del partido.El diálogo de fútbol que pretendieron montar once sudamericanos de origen, seis canarios y cinco peninsulares -godos, al fin y al cabo- lo interrumpió un gallego, Carreira Abad, que no supo ser moderador tranquilo y frío. Los argumentos, sin embargo, de Las Palmas tuvieron fuerza y vitalidad suficiente para romper la tesis de contraataque que esgrimió el Atlético en la primera Parte. Los canarios, entre paréntesis, expusieron en el estadio Insular dos puntos fundamentales: rapidez y anticipación. El primero, desusado en un fútbol que se recrea en la técnica y en el flirteo con el balón, fruto de un esfuerzo físico considerable; el segundo, consecuencia de aquél. Los gualdiazules no dieron tregua durante 45 minutos a los rojiblancos. En la defensa, coronada por la seguridad de Carnevali bajo los palos, Castellano, Martín y Hernández no dejaban que el perfume a cuero llegase a Rubén Cano, Leivinha y Ayala, al tiem o que ofrecían carta de Íiberta a Wolf para que abandonase su demarcaciór. en busca del gol. En la delantera, Fernández y Benegas sostenían un duelo sobrio de aventuras; pero Morete y Juani impedían que Percira -aún líbero- y Panadero adelantasen sus lugares de trabajo. En el centro clave del encuentro, Brindisi campaba por sus respetos -con el séquito de Félix y Páez- ante el trío Alberto, Heredia y Leal. Brindisi montaba el fútbol insular, lo distribuía y aún lo intentaba consumar.

Reina, ayer seguro en líneas generales, frustró las ilusiones de Félix -m. 11 -, Wolf -m. 13-, More te -m. 14- Carnevalijustificó su categoría al -detener sendos remates de Rubén Cano -m. 13 y 19- y Ayala, que «burla, burlando», se plantó ante su -narco en dos ocasiones -m. 12 y 43-, pero tocó mal el balón para rematar fuera.

Los argumentos del fútbol canario perdieron brillantez y emotividad en el segundo tiempo. Con un escenario adverso, los rojiblancos mantuvieron sus premisas de contraataque. Ante el descenso de juego de Las Palmas, el rendimiento atlético subió bastantes enteros.

Brindisi ya no acertaba a librarse de Heredia; Morete estaba ajustado al marcaje de Eusebio y a Juani, ante la presencia de Panadero, se le subieron los nervios a la cabeza. Fue el tiempo en que Leivinha comenzó a respirar profundo ante la zaga canaria, Rubén Cano a correr sin complejos ante Castellano y Ayala a encararse deportivamente con las botas de un Hernández que durante todo el encuentro le persiguieron las piernas del rojiblanco con mordacidad. Pereira abandonó retrasado su campamento, Leal corrió a gusto por el centro del campo y Alberto hacía sombra a Páez. El encuentro se había nivelado.

La intuición de Leivínha y la oportunidad de Rubén Cano empataron en el marcador el partido. Incluso se pudo adelantar el Atlético de Madrid en el minuto 69 al centrar Rubén Cano desde el borde del área y despejar en última instancia Carnevali cuándo Heredia se encontraba prácticamente con e balón en los pies Y en la perpendicular de la portería. Reina, ,por otra parte, detuvo en el minuto 76 un disparo feroz. de Wolf que arruinó prácticamente las esperanzas canarias.

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