La escisión democristiana radicaliza las posiciones políticas
La reciente escisión en las filas de la democracia cristiana alemana es el producto de un mal entendimiento entre Köhl y Strauss, anterior incluso a las últimas elecciones legislativas.Una característica decisiva en la ruptura de los democristianos bávaros con el CDU fue la divergente opinión del líder de los primeros, Franz Joseph Strauss, para quien la única posibilidad de que los cristianos alemanes retornen al poder estriba en conferir a sus programas políticos un acentuado carácter conservador, anticolectivista y antimarxista.
Este conservadurismo derechista de Strauss, pese a su obstinación en negarlo, lleva indefectiblemente, una vez consumada la escisión con el partido nacional democristiano, a la formación de un partido de extrema derecha que se extenderá, sin duda, a toda la República Federal, contribuyendo a ello la fuerte personalidad del denominado furher de Baviera.
En la ruptura entre la línea derechista y la centrista de la democracia cristiana jugaron considerablemente las ambiciones personales de Strauss, quien en mas de una ocasión calificó a los sucesores del canciller Adenauer de «mediocres continuadores», exponiendo así indirectamente su voluntad de llegar a convertirse en el canciller de la República.
La escisión de los socialcristianos bávaros, que en principio supondría un alivio para la coalición gubernamental de socialdemócratas y liberales tiene un reverso agrio para el Gobierno: la radicalización de la vida parlamentaria.
Respecto a Köhl, aparte de los militantes democristianos derechistas que pueden pasar a engrosar ahora las filas del partido bávaro, su carrera política corre peligro si se lanza la acusación de que fue incapaz de mantener la unidad democristiana.
Strauss se preocupará, sin duda, en el futuro de que esta acusación se concrete, mientras Köhl amenaza con extender las actividades de su partido a Baviera.
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