Jensen, goleador inédito en la Liga
Los vaticinios de triunfo que técnicos, jugadores y directivos hicieron sobre Jensen en los prolegómenos de la presente temporada no se han cumplido. El danés, aun sin defraudar a la afición del Real Madrid, no ha exhibido en los campos españoles las prerrogativas de fútbol que el título de «príncipe» le confiere.El Real Madrid fichó al exterior derecho por tres años y una cantidad de pesetas que se aproxima a los cincuenta millones. El jugador percibe seis al año. En el Borussia de Moenchengladbach, su club de procedencia, marcaba una media de quince a veinte goles por Bundesliga. Con Simonsen y Heynckes, formó el trío delantero del equipo más potente de Europa, en el último par de años.
Henning Jensen no ha logrado en nueve jornadas de Liga inscribir su nombre en la tabla de goleadores. Su esterilidad frente al marco contrario es un hecho manifiesto. El danés no ve puerta, aunque sí domina las artes que dentro del área originan el penalty. Guerini y Pirri han transformado las dos faltas máximas que el Real Madrid ha ejecutado. En ambas ocasiones -en encuentros con el Athletic de Bilbao y el Hércules, disputados en el Santiago Sernabéu- fue el danés el que provocó el máximo castigo.
En la pretemporada, cargada para el Real Madrid de torneos veraniegos, Jensen realizó actuaciones sobresalientes. En el Teresa Herrera, y en el Costa del Sol, el danés lució todas sus habilidades. En aquel tiempo se hablaba de que el equipo de Miljanic había variado su sistema dejuego. El balón raso, la internada rápida es un fútbol que el exterior danés domina. En esas condiciones él encuentra su estilo.
Jensen debutó en el Santiago Bernabéu con ocasión del homenaje que la afición madridista ofreció a Grosso. El «príncipe» ofreció un recital de fútbol y goles: varios tiros al poste y dos tantos hicieron soñar a los socios con una Liga plagada de triunfos.
Con el comienzo de la Liga oscureció el brillo de la estrella que acompañaba a Jensen. Las alegrías de los torneos veraniegos se trocaron en responsabilidades. Miljan Miljanic, consciente de su labor en un club en el que gana la Liga es la norma a seguir, volvió a poner en marcha los viejos sistemas. Jensen se convirtió de la noche a la mañana en un espectador privilegiado del espectáculo de balones altos que sus compañeros enviaban sobre Santillana. Sólo en esporádicas ocasiones el danés ha podido hacer su fútbol, dejar patente su estilo sobre los terrenos de juego.
Una nube más negra que la esterilidad frente al marco rival se cierne sobre Jensen. Excepcionalmente finaliza un partido sin cojear. El, que pretendió -dicen- abandonar la Bundesliga por lo que tenía de dureza, fichó por un fútbol en el que ésta escondición «sine qua non» para jugar. El golpe no lo encajó. Y como él es objetivo primero de la zaga de cualquier equipo, no debe resultar extraño que su rendimiento aún no haya superado cotas que su fama y «curriculum» aseguraban haber dejado atrás. Sobre Jensen se dice que sufre descalcificación de tobillo. En ese caso, su fútbol dejaría de ser definitivamente principesco, para introducirse en el que ejecuta el pueblo llano.
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