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El Atlético, finalista entre protestas

Arbitro: Vigliani, francés. Flojo. Contemporizó en exceso, y terminó de manchar su labor con la anulación injustificada de un gol al Manchester a cinco minutos del final. Correcto el penalty favorable a los madrileños que señaló poco después.Noche de bochorno y gran entrada, rozando el lleno. El público siguió las incidencias del partido con tranquilidad hasta la anulación del gol inglés, que acarreó una gran bronca. El Atlético fue despedido con pitos por esta causa.

Goles:1-0. M. 5. Tremendo disparo de Alberto desde fuera del área. Carrigan se lanza bien, pero el balón le dobla las manos y se cuela.

2-0. M. 85. Los ingleses aún protestan la anulación de su gol cuando Aguilar, en espectacular escapada, llega hasta el área y cede a Leal. Este dribla a Carrigan, que le agarra y le hace caer. El penalty lo transforma Ayala en medio de una monumental bronca.

El Atlético de Madrid se clasificó para la final del Colombino en medio de las protestas del público. El partido fue igualado, y los aficionados se inclinaron del lado del equipo inglés cuando a éste le fue anulado un gol poco después antes del final, que hubiera supuesto el empate a uno. Poco después, el Atlético, de penalty, remacharía el triunfo. El juego del Atlético, sin ser malo, se mostró falto de la rapidez que le caracterizaba la temporada última.

Manchester y Atlético brindaron un encuentro entretenido, sin demasiada emoción, pero con perfecto sistema de relevos en los dos equipos y jugadas bien construidas. Acaso el partido estuvo falto de ocasiones de gol, porque los dos equipos se ocuparon más de cuidar su portería que de rondar la del rival. En general, puede decirse que el duelo estuvo muy igualado, tanto en fuerza y en disciplina táctica como en nivel técnico de los jugadores. El Atlético podría haber superado al Manchester por velocidad, pero al cuadro de Luis le faltó ese punto de precisión en las jugadas rápidas que exhibió la temporada última, y de ahí que su rendimiento, sin ser malo, no llegara a convencer.

Tuvo la fortuna el Atlético de encontrarse pronto por delante en el marcador, gracias a un gol conseguido por Alberto con un lejano, pero terrible disparo. Este gol hizo que el Atlético jugase todo el partido dentro de un tono un tanto reservón, cuidando mucho la corta renta y sin grandes deseos por aumentarla. El Manchester, así, se veía en dominador, pero no se volcaba completamente sobre Reina por temor a los contrataques de Ayala, el único hombre veloz del Atlético, hasta que apareció sobre el campo Aguilar. Ayala les dio un par de sustos a los ingleses, y tal vez a causa de ello la defensa del Atlético pudo trabajar sin exceso de agobios, pues nunca dejaron de permanecer cuatro jugadores del Manchester un tanto rezagados, en previsión de los temibles contraataques.

Con todo ello, la mayor parte del encuentro transcurrió bajo el dominio del Manchester, pero sin excesivas ocasiones de peligro. Pereira, en un trabajo sereno y completo, se ganó los mejores aplausos. Su colocación y su fina técnica le fueron, como siempre, de una gran utilidad al Atlético. Muy poco por debajo de él estuvieron los restantes compañeros de la defensa, que casi nunca se vieron desbordados. Sólo Reina se mostró inseguro un par de veces.

La jugada clave se produjo a cinco minutos del final, cuando el Manchester encontró el único hueco en todo el partido en el esquema defensivo rojiblanco e hizo su gol. Pero el árbitro lo anuló injustamente por supuesto fuera de juego, que nadie vio, y que enfadó al público. Los ingleses aún se lamentaban de la anulación cuando un rapidísimo contraataque de Aguilar dio lugar al penalty que valdría el segundo gol. El Atlético, entre el abucheo del público, que no perdonaba. la anulación del gol inglés, se ganaba así el derecho a jugar la final contra el Partizán, vencedor sobre el Betis dos horas antes.

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