Consejos para conducir de noche

En verano conducir de noche no es desde luego ninguna mala idea... Hace menos calor que a pleno día y, por si eso fuera poco, el tráfico es por lo general mucho más fluido. Es cierto que la visibilidad es peor, por buenos que sean los faros, y que existen además peligros (como el deslumbramiento por los faros de otro vehículo), que no se dan conduciendo durante el día. Hay, por tanto, ventajas e inconvenientes, y quizá, en conjunto, más de lo segundo que de lo primero.No obstante, en determinadas condiciones, conducir de noche puede ofrecer tanta o más seguridad que si se hace con luz solar. Unas condiciones que pueden resumirse en estas tres:

1. Conocer la carretera o, en su defecto, que ésta se encuentre muy bien señalizada.

2. Poseer un buen equipo de alumbrado, preferiblemente a base de faros de halógenos.

3. Que el tráfico de frente sea más bien escaso.

Si se circula de noche tampoco estará de más recordar lo siguiente:

Reglaje de faros. Cuando los coches que vienen de frente den alternativamente la luz larga, aunque se lleva la de cruce, esto es señal de que los faros están desreglados y deslumbran. En vez de molestarse -como hace casi todo el mundo- y responder con la luz larga, lo mejor es orillarse donde haya espacio suficiente o en una gasolinera y apretar ligeramente el tornillo de reglaje vertical de cada faro, con objeto de abatir un poco el haz.

Deslumbramiento. No hay nada enteramente efectivo contra el deslumbramiento, pero, si se presenta, ante todo hay que procurar no perder la calma, desviar la vista de los faros que se aproximan y aminorar la marcha o incluso parar si es preciso.

Espejo retrovisor. Cualquiera puede deslumbrar al conductor que va delante, a través del espejo, si no tiene la precaución de poner la luz de cruce en esos instantes. Lo mismo puede pasar si detrás circula algún coche con los faros mal reglados o con la luz larga puesta. Un espejo antideslumbramiento -del tipo de dos posiciones- reduce este efecto.