_
_
_
_
Montreal 76

Ender, Comaneci y Naber, tres figuras históricas

Kornelia Ender, Nadia Comaneci, y John Naber, se han convertido en tres figuras históricas. Los Juegos de Montreal habrá que centrarlos siempre sobre estos tres personajes, que han sido capaces de llenar por sí solos la primera semana de competición. Kornelia Ender ha conquistado cuatro medallas de oro, Nadia ha sumado tres de oro, una de plata y una de bronce, y Naber cuenta con tres de oro y una de plata. Los tres conforman un podio al que será muy difícil que nadie en los presentes juegos pueda subirse de igual a igual. Kornelia Ender es la primera mujer que conquista cuatro veces el oro. Shane Gould en Munich, sólo obtuvo dos de oro, una de plata y una de bronce. Nadia ha superado a Olga Korbut, que consiguió dos de oro y dos de plata, ya que ha sumado tres de oro, una de plata y una de bronce. Naber no ha alcanzado a Spitz en la suma total, pero le ha sustituido como hombre fuerte del equipo de Estados Unidos.Kornelia Ender participó ayer tarde en dos finales y además de ganarlas, lo hizo con tiempos de récord del mundo. En los 200 libres superó la marca mundial, establecida por ella misma en Berlín el pasado día 2 de junio. De 1'59"78, ha pasado a 1'59"26. El récord olímpico de Shane Gould estaba en 2'03"56. Shirley Babasshoff, que en Munich fue dos veces plata, se ha tenido que conformar aquí también con dos segundos lugares. En la última recta, Kornelia nadó de un modo irresistible. La final de los 100 mariposa fue otro triunfo magnífico de Kornelia. Sin dar una sola brazada desacompasada, emergiendo del agua con ímpetu propio de un hombre, se fue de sus adversarias desde el primer instante. Al final, récord mundial igualado al marcar los 1'00"l3, que ella misma obtuviera en Berlín, también en junio.

Los 4 x 100 estilos masculinos dieron un nuevo triunfo a Estados Unidos, a base de Naber, Hencken, Vogel y Montgomery. Otra vez la marca mundial quedó destrozada. De 3'47"28, se ha pasado a 3'42"22. En Munich Stamm, Bruce, Spitz y Heindreich marcaron 3'48"16. En la natación, las reducciones son de segundos y en número tal que hace pensar que algo extraño ocurre. Parece imposible que pueda nadarse a la velocidad que hacen los tritones norteamericanos.

Brian Goodell, que ya fuera oro en 1.500, ganó la final de los 400 con un tiempo de Y5 V93, delante de Shaw, superviviente de Munich. La marca mundial la habían dejado en 3'53"08, y el récord estaba en 4'00"27. La natación estadounidense, una vez más, ha mantenido su supremacía, pero todo hace pensar a la vista de los avances de alemanes democráticos, soviéticos y holandeses, que en próximas competiciones el reparto de las medallas estará más equilibrado.

Una figura que pasa un tanto inadvertida, pero de la que hay que hablar, es John Hencken. En Munich fue oro en 200 braza, y bronce en los cien; aquí ha sido oro en los 100 y en relevos, y lo más probable es que se adjudique también los 200. Hencken pasará a formar parte del escaso número de deportistas que en dos juegos consecutivos ha subido a lo más alto del podio. Esa satisfacción se la dio el propio Spitz, pero en México únicamente ganó en relevos.

De lo difícil que resulta ganardos veces podría hablar Olga Korbut, que al fin ayer obtuvo una medalla de consolación, ya que fue segunda en potro. Las últimas finales de gimnasia femenina dieron dos victorias a Nadia Comaneci, en potro y barras asimétricas, y dos más a Nelli Kim, de la URSS, en salto de caballo y ejercicios en el suelo. Nadia fue tercera en esta prueba y cuarta en salto de caballo. Todas las medallas de la última sesión, doce en total, fueron a parar a países socialistas. La URSS y Rumania conquistaron cinco medallas cada una.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_