Los sindicatos británicos deciden hoy el pacto salarial

Hoy votan los sindicatos británicos, en un congreso especial, la propuesta del Gobierno de limitar los aumentos de salarios en un cuatro y medio por ciento a partir del próximo primero de agosto. A cambio, la Administración ofrece a los trabajadores alivios sustanciosos en materia de impuestos. El propósito del trato salarial -que sustituye a otro conseguido el año pasado por el mismo Gobierno laborista- es doble: primero, reducir la tasa de inflación que sufre el país, y segundo, tratar de acabar con el desempleo. Sobre ambos argumentos, el comité ejecutivo del TUC (Trade Unions Congress) aceptó en mayo la primitiva tesis gubernamental con algunas modificaciones. Desde entonces, los diferentes sindicatos de Gran Bretaña vienen discutiendo este paquete de medidas; unos lo han aceptado y otros no. En general, la cuenta es favorable al acuerdo conseguido por el Gobierno y el comité ejecutivo citado. Parece, por tanto, que la votación de hoy no va a tener color.Pero, mientras aquellas discusiones iban teniendo lugar, lo que se ha demostrado una vez más ha sido el poderío que los Trade Unions tienen en Gran Bretaña. Las especulaciones sobre la actitud que iban a tomar con respecto a las restricciones en los aumentos de sueldo han puesto en tal estado de nervios a los que juegan con las libras, que en este período de espera el país ha vivido una etapa de inseguridad económica enfermiza.