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Mañana, Clay-Dunn por el título del mundo

En la madrugada de¡ lunes al martes, Casius Clay expondrá en Munich su título del mundo de todas las categorías ante Richard Dunn, campeón de Europa y hombre que en una ocasión dobló la rodilla ante Urtain. Un rival sin entidad para un campeón que desde que recuperó su corona mundial ante Foreman la ha defendido ya seis veces con éxito, si bien ante rivales de muy poca categoría.

Clay, el más genial boxeador de todas las épocas, parece haberse aficionado últimamente a las defensas voluntarias que, si no le dan mucha gloria deportiva, sí le proporcionan saneadas ganancias, a pesar de la poca entidad de sus rivales. En la actualidad tiene. treinta y cuatro años. Su calidad como boxeador quedó establecida desde los primeros pasos de su carrera. En los juegos olímpicos de Roma, hace dieciséis años, cuando sólo contaba dieciocho, se hacía con la medalla de oro en la categoría de los semipesados. Después pasaría al campo profesional , y a los veintidós años alcanzaría la corona mundial de los grandes pesos al derrotar al «oso feo y perezoso» Sonny Linston. Su boxeo fácil, hecho de contundente pegada, de movilidad extraordinaria para su categoría y de excelente técnica le hizo tan Célebre como su estilo fanfarrón al hablar de sus rivales. Nueve veces expondría su título para conservarlo en el espacio de los cinco años siguientes Venció sucesivamente a Sonny Linston, al que concedió la revancha, a Floyd Patterson, a George Chuvalo, a Henry Cooper, a Brian London, a Karl Mildenberger, a Cleveland Williams y a Zora Folley. De ellos, sólo Chuvalo y williams llegarían al final de las respectivas peleas. Todos los demás cayeron antes del límite.

No al ejército

En el 67, y e n plena gloria, es llamado a filas. Para entonces, todo el mundo sabe ya que Casius Clay pertenece al grupo religioso Los Musulmanes Negros, y que se hace llamar Muhammad Alí. Cuando le llaman para incorporarse al Ejército, la guerra del Vietnam se halla en pleno apogeo. Clay se niega a ir; se declara objetor de conciencia. La cárcel sale a su encuentro y corta su carrera de gran campeón. En 1970 obtiene el permiso para boxear de nuevo. A finales de, este año, cuando ya tiene veintinueve, se enfrenta a Jerry Quarry al que vence. Después vence también al argentino Ringo Bonavena. Parece que Clay está camino de recuperar su mejor forma cuando se enfrenta, a primeros del 71, a Joe Frazier, ante el que pierde claramente a los puntos. Era su primera derrota como profesional, y para casi todos, el indicio de que está acabado. Llega para él entonces una etapa que creía haber superados: la de acumular méritos para ser nombrado de nuevo aspirante al título del mundo. Y pelea intensamente. Vence de forma sucesiva a Jimmy Ellis, Buster Mathis, Jurgen Blind, Matt Foster, George Chuvalo, Jerry Quarry, al «Blue» Lewis, Mali Somakalo, Floyd Patterson, Bob Foster y Joe Frazier. Otra revancha cumplida.

De nuevo, campeón

Al fin le llega de nuevo la oportunidad de disputar el título del mundo. La pelea, con George Foreman, campeón, como rival, se celebra en Zaire el 30 de octubre del 74 en medio de una expectación cumbre en la historia del boxeo. A lo largo de 15 asaltos Clay consigue demostrar su superioridad, y recupera así el título casi diez años después de su primera conquista.y siete más tarde de que lo tuviera que abandonar por su negativa a incorporarse al Ejército. Desde entonces hasta ahora, siempre lo ha retenido. En marzo del 75, ante Chuck Wepner, en Cleveland, por K.O. en el décimoquinto; en mayo, ante Ron Lyle, en Nueva.York, por inferioridad en el undécimo; en julio, ante Joe Frazier, en Manila, por abandono en el decimoquinto; el 20 de febrero del 76, ante Jean Pierre Coopmans, en Puerto Rico, por K.O. en el quinto; y el 30 de abril, ante Jimmy Young, en Landover, a los puntos.

Un rival sin entidad

En la madrugada del lunes al martes, Clay expondrá de nuevo su título. Y como las últimas veces, lo hará voluntariamente y ante, un rival sin entidad. En esta ocasión, Richard Dunn, un inglés que es campeón de Europa en función, sobre todo, del paupérrimo panorama de los pesos pesados en el viejo continente. En esta categoría no caben las comparaciones entre los boxeadores europeos y los americanos. Además, Richard Dunn llegó al título europeo casi de rebote, y tras vencer en la pelea por el mismo al alemán Bernd August, otro desconocido. Richard Dunn, que ya ha pasado también como Clay los mejores años de su juventud, perdió no hace mucho por K.O. ante Urtain en Bilbao. Este puede ser el argumento definitivo para señalar su poca calidad. Sin embargo, una vez más, la pelea se ha visto acompoñada del mayor interés, y en la reventase cotizan las sillas de ring a casi mil marcos. No es una pelea que pueda proporcionarle grandes glorias a Clay, pero sí saneadas ganancias. Clay, con treinta y cuatro años cumplidos, sabe que su carrera ya no puede extenderse por mucho tiempo, y trata de sacar a sus últimos años el mayor partido posible. Y está en su legítimo derecho de hacerlo.

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