Continúa el festival extranjero

El festival extranjero continúa. La lucha entre los dos equipos grandes españoles, Kas y Super Ser, pone en bandeja, día a día, el triunfo de un belga, holandés o alemán. La alianza del equipo de Gabriel Saura con el de Peter Post se dio nuevamente ayer y ambos tiraron del pelotón para dar caza a Santisteban, el hombre de las escapadas en solitario, que recorrió 85 kilómetros contra el viento para nada. En el velódromo de Nules se impuso Thurau, que con la bonificación de la etapa y de una meta volante, se coloca segundo de la general, por delante de Agostinho.La cosa está clara. Anteayer, tan tranquilamente, dos belgas se presentaron en la meta de Almansa con más de nueve minutos de ventaja sobre el pelotón. Nadie movió un dedo para impedirlo. Ayer, en cambio, cuando Santisteban escapó en el kilómetro 98, bastante mérito tuvo de recorrer con su estilo habitual, feo, pero potente y eficaz, 85 kilómetros en solitario. No sólo el equipo del líder, Jacques, sino también el de Saura y el de Peter Post, trabajaron de firmo para impedir el triunfo de un hombre que está en la general a más de media: hora del maillot-amarillo. No, desde luego, no era por el corredor, sino por impedir que ganara el equipo de Vitoria una etapa. No se podía consentir, máxime cuando el de Pamplona tampoco lo ha hecho. Hasta ahí se podía llegar. ¿Solución entonces? Que ganara cualquier belga, holandés o alemán.

La lucha de los equipos en el ciclismo actual. es muy curiosa. El dinero es el que manda y no los hombres. Todo el mundo se tiene que plegar a los intereses de la marca. Resulta triste, por ello, recordar tiempos pasados en que se defendían colores nacionales o simplemente, aunque hubiera marcas, aún el ciclista no era un número, sino un atleta con todas las de la ley. El planteamiento comercial del ciclismo, como en tantos otros deportes, lo hunde poco a poco con tanto marcaje, tanta ayuda al que se supone con posibilidades dentro de cualquier equipo, las figuras cada día brillan más por su ausencia.

Ayer, en la novena etapa de la vuelta, de 208 kilómetros, volvimos a comprobar todo esto. Es normal que tirara del pelotón el Ebo, por ejemplo, equipo del líder Incluso alguno más, como el Raleigh, por aquello de ganar la etapa el completo Thurau. Pero por encima de eso estaba la rivalidad de las dos marcas españolas, que no pueden admitir el triunfo de la otra. ¿Quién es el beneficiado? De acuerdo en que Elorriaga podía tener posibilidades en el sprint final, pero una vez más se demostró que su triunfo, hubiese sido una sorpresa. El problema de ayer fue que le cerraron la entrada del velódromo todos los «raleigh».

En fin, que la historia -se repite. El alemán Thurau, un hombre realmente fuerte, venció en el velódromo de Nules con su pedalada enorme. Al conseguir los diez segundos de la bonificación y otros tres de la meta volante de Ayora, primera de la etapa, se coloca segundo de la general, por delante de Agostinho. Jacques, aunque sube con cierta facilidad, no es hombre de categoría y caerá en cuanto llegue una etapa dura.

El problema para el Super Ser es que llegará a ellas, al norte, como sigan las cosas así, con franca desventaja. Hoy se avecina una repetición. Aparte de perder todas las etapas los españoles, encima. ceden bonificaciones a hombres sin excesivo sprint. Thurau, con todo, no es un hombre rápido, pero tuvo la suficiente habilidad para colocarse bien en la llegada.