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Olga Kharlan, bronce en esgrima: “Esta medalla es para los deportistas que Rusia asesinó”

La atleta ucrania fue descalificada en el Mundial de 2023 tras negarle el saludo a la rusa Anna Smirnova, pero el COI decidió enviarle una carta asegurándole su participación en los Juegos de París

Olga Kharlan esgrima
La esgrimista Olga Kharlan, bronce en París, sostiene su quinta medalla olímpica con las uñas pintadas del color de la bandera de Ucrania.YOAN VALAT (EFE)
Irene Guevara

Lloraba desconsoladamente mientras reverenciaba al público. Se puso de rodillas, y levantó sus brazos, haciendo el gesto de “cinco” con la mano. Esta es su quinta medalla en unos Juegos Olímpicos, la primera presea para su país este año. Pero para ella significa mucho más que eso. Es una reivindicación para Ucrania. “Esto es especial para mí. Infinitamente especial. Esto es para los deportistas de mi país que no han podido estar aquí porque Rusia los asesinó”, declaró Olga Kharlan (Mikolaiv, Ucrania, 33) tras vencer a la coreana Choi Se-bin (15-14) en una remontada que supo a reclama. Y añadió: “Y también para todos los deportistas que están aquí representando a Ucrania. No sabéis lo difícil que es prepararse y concentrarse en la competición cuando estás en casa, bajo ataques, todos los días”. Desde que se inició el conflicto hace dos años, alrededor de 400 deportistas ucranios han fallecido, según cifras del Ministerio de Deporte del país. Kharlan señaló los colores de su casco, su bandera, con los mismos pintados sobre sus uñas, emocionada. “Ucrania, te amo. Esto es para ti, querida”, gritó, emocionada, con su familia presente en el Grand Palais, el palacio de cristal centenario que acoge la competición de esgrima en estos Juegos de París. Su victoria, su medalla, es el cierre de unos años dolorosos, en los que estuvo a punto de no aterrizar en la capital francesa tras negarle el saludo a la rusa Anna Smirnova en el mundial del año pasado. Pero una carta cambió su rumbo.

Hacía un año que, en el mundial de esgrima de Milán, Italia, Kharlan había llegado a las semifinales del torneo tras derrotar a la rusa Anna Smirnova por 15 a 7. Una victoria contundente que no tuvo el final deseado. Al terminar, la ucrania le negó el saludo a Smirnova. En esgrima, el reglamento asegura que, tras el enfrentamiento, y en señal del respeto al rival, es obligatorio el saludo, ya que si no podría comportar una tarjeta negra y una consecuente desclasificación. Kharlan no la saludó, y abandonó el lugar. Sus convicciones estaban por encima de las más que posibles consecuencias: tenía clara su postura y hasta dónde iba a llegar por defenderla.

Smirnova se quedó postrada, vagando por la pista a la espera de que la ucrania cerrase el enfrentamiento con el saludo reglamentario, o que tuviese su correspondiente castigo. Tras casi una hora en la que la atleta rusa se sentó en una silla proporcionada por sus entrenadores en mitad de la pista en señal de protesta —y que impidió que el resto de las contrincantes disputasen sus combates— la Federación de Esgrima analizó el caso y decidió descalificar y sancionar dos meses a Kharlan. La ucrania lloró durante horas, postrada en el suelo, y recibió miles de mensajes, en su mayoría, de apoyo. “Cuando me enteré de que querían retirarme de la competición, descalificarme, sacarme una tarjeta negra, por supuesto, eso me mató. Me dolió tanto que grité de dolor”, aseguró entonces la atleta en un vídeo publicado en sus redes sociales. “Hemos comprendido que el país que aterroriza al nuestro, a nuestra gente, a nuestras familias, también está aterrorizando al deporte. […] No quise estrechar la mano de esta atleta y actué con el corazón”, añadió. Aquella prueba era clave para la clasificación para los Juegos de París. Pero el Comité Olímpico y su presidente, Thomas Bach, le envió en 2023 una carta asegurándole su participación gracias a las plazas comodín. “Es admirable cómo has gestionado esta situación y quiero expresarte mi apoyo”, le aseguraba Bach en la carta.

En París, llegó hasta las semifinales, pero perdió contra la francesa Sara Blazer (15-7), por lo que solo pudo luchar por el bronce. Su familia estaba presente. Siempre que pueden, se acercan a ver competir a la atleta. “Cuando vienen a verme, siento que están a salvo”, aseguró Kharlan. Sus padres viven en Nicolaeiv, cerca de Odesa, ciudad de Ucrania que fue atacada con drones el pasado marzo mientras el equipo de esgrima nacional lograba el billete olímpico en la Copa del Mundo de Atenas. La atleta, que desde hace tiempo se instaló en Italia y vive allí, se ha acostumbrado a despertarse y llorar con las noticias. Como también a esperar los mensajes de sus familiares y amigos para saber si siguen con vida.

La ucraniana Olga Kharlan, nada más vencer a la Surcoreana Sebin Choi en su combate por la medalla de bronce de Sable Individual Femenino.
La ucraniana Olga Kharlan, nada más vencer a la Surcoreana Sebin Choi en su combate por la medalla de bronce de Sable Individual Femenino.Shashenka Gutiérrez (EFE)

“En las competiciones, tienes que dejar de pensar en todo lo que está pasando durante un par de horas y, luego, vuelves a la realidad. Es lo que nos ha tocado aprender durante estos dos años”, confesó en una entrevista a AS. Preocupaciones que le llevaron en algún momento a desconcentrarse de su deporte, y a pensar en dejarlo en alguna ocasión. Kharlan desconoce si estos Juegos serán los últimos de su trayectoria. Tras 15 medallas mundiales, bronce individual en Londres y Río, y plata y oro por equipos en Brasil y Pekín respectivamente, su futuro puede tomar otro camino. “Creo que pararé un tiempo después de París. Serán los quintos Juegos Olímpicos. […] Quiero envejecer, formar una familia y tener también una vida diferente. Primero, eso sí, hay que seguir dándolo todo”, explicó a AS. Su reivindicación, y lucha, no cesará. “Es un mensaje para toda Ucrania, para todo el mundo. Soy ucrania, mi sangre es ucrania, y quiero decir que los ucranios nunca nos rendimos. No nos rendiremos”, alzó Kharlan.

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