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Juegos Olímpicos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Dressel empieza a pintar la ruta de amarillo

Ha ganado 13 medallas de oro en los dos últimos Mundiales y ocupa la vacante mediática que dejó Michael Phelps

Caeleb Dressel, en competición en Tokio
Caeleb Dressel, en competición en TokioPATRICK B. KRAEMER (EFE)
Santiago Segurola

El estadounidense Caeleb Dressel es la estrella más popular de la natación. Ha ganado 13 medallas de oro en los dos últimos Mundiales y ocupa la vacante mediática que dejó Michael Phelps. Le favorecen las especialidades que practica —distancias cortas en libre y mariposa, y por tanto la posibilidad de participar en múltiples relevos— y la magnitud de sus marcas. Hace dos años, Dressel arrebató a Michael Phelps el récord mundial de 100 metros mariposa y estableció fabulosos registros en 50 y 100 metros libre. Es uno de esos portentos que en estos Juegos va a colocar su nombre en letras de neón. Por ahora no falla.

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Dressel ganó la final de 100 metros libres, que es a la natación lo que los 100 metros lisos al atletismo: la prueba por excelencia de la velocidad y la que más tirón tiene en la audiencia. Venció por seis centésimas de segundo al australiano Kyle Chalmers, campeón olímpico en 2016. Son dos velocistas diferentes. Dressel es una explosión de energía y ferocidad. A Chalmers le distingue su sostenida aceleración, imposible de detener, excepto para Dressel.

Mantienen una electrizante rivalidad desde hace cinco años, pero su amistad sobrevive al cuchilleo de la competición. Después de la carrera, Chalmers acudió inmediatamente a la calle de Dressel para abrazarle, gesto que cobra más significado en el histórico paisaje de rencillas entre estadounidenses y australianos.

Si Dressel quería hacer historia en Tokio tenía que ganar los 100 libres. Por favorito que fuera, se enfrentaba a un problema que Chalmers resolvió en Río 2016: ganó la medalla de oro individual que Dressel no había conseguido. Para los grandes nadadores, los Mundiales producen prestigio, pero los Juegos Olímpicos conceden la gloria. No es una diferencia pequeña.

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Caeleb Dressel after the men’s 50-meter freestyle during wave 2 of the U.S. Olympic Swim Trials on Sunday, June 20, 2021, in Omaha, Neb. (AP Photo/Jeff Roberson)
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La carrera cumplió con las expectativas. Dressel salió como un cohete y no miró atrás. Chalmers fue más rápido de lo habitual en los primeros 50 metros y volvió como un ciclón. Dressel, famoso por su habilidad en las llegadas, aguantó el ataque del australiano y le derrotó por seis centésimas (47,02s contra 47,08). Seis centésimas fue exactamente la ventaja que adquirió sobre Chalmers en la reacción de salida.

Natural de Florida, Dressel destacó por su precocidad —empezó a anotar récords nacionales infantiles con 12 años— antes de sufrir contratiempos que interrumpieron su trayectoria. Abandonó la natación a los 17 años, superado por el estrés y el rechazo a unas expectativas que le quemaban. En 2018 sufrió graves heridas en un accidente de motocicleta. Tardó meses en recuperarse, pero su regreso en los Mundiales de 2019 fue apoteósico.

Durante la pandemia ha participado en la nueva liga de natación (ISL), patrocinada por el billonario ruso-ucranio Konstantin Grigorishin. Dressel considera que ha sido la mejor experiencia posible para abatir la obsesión por los récords, las marcas, los cronómetros y las centésimas de segundo, el desgastante universo que preside la vida de los nadadores. En la liga ISL, los tiempos aparecen y desaparecen en un instante del marcador. Lo que cuenta es la victoria, y en este apartado el nadador estadounidense ha rendido mejor que nadie.

El oro le liberará. Ya tiene su primera medalla de oro individual —regaló la que consiguió en el 4x100 a Brooks Curry, joven reserva del equipo—. Dressel podrá destinar todos sus esfuerzos al segundo gran combate, tan esperado como el primero. En los 100 mariposa se enfrentará al fenomenal Kristozf Milak. Si el americano arrebató a Phelps el récord de 100 metros mariposa, el de 200 se lo apropió el húngaro. Milak, 21 años, se acerca cada vez más a los registros de Dressel, que para los demás son de otro mundo. Sería muy raro que no surgiera un monumental récord de este duelo de colosos.

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