Ir al contenido
_
_
_
_

Sorg, segundo de Flick: “Lamine está aprendiendo, le ayudaremos”

Yamal estuvo en el foco, abucheado por el Bernabéu y enfrentado a Carvajal y Vinicius

Juan I. Irigoyen

Aunque en el pasado el Santiago Bernabéu ya había enseñado que el amor por la pelota estaba por encima del desprecio al rival, como cuando ovacionó a Maradona (1983), Ronaldinho, (2005) o Iniesta (2015), los aplausos de la Castellana a Lamine Yamal en marzo de 2024 durante el amistoso entre España y Brasil parecían destinados a cambiar el destino: un patrimonio del Barcelona y de la Roja, igual de admirado en Chamartín que en el barrio de Les Corts. Pero el fútbol no entiende de poliamor y lo que la insana competencia comenzó a despertar en unos pocos impresentables que le propiciaron insultos racistas a Lamine en el último clásico en el Bernabéu, su actitud terminó por forjar una sonora pitada de todo el Bernabéu a Lamine Yamal cada vez que tocaba la pelota.

Ajeno al qué dirán, como también a lo políticamente correcto, siempre dispuesto a poner su nombre en el escaparate, Lamine Yamal decidió pasearse mediáticamente en la semana previa del Clásico. El lugar: el programa Chup Chup de la Kings League. Las frases: “La última vez que he ido al Bernabéu... ¿cuánto? 0-4”, “El Madrid roba, se queja”. Las declaraciones del azulgrana irritaron al vestuario blanco, combustible suficiente para que desde las oficinas de la Ciudad Deportiva del Madrid se esparciera una respuesta del club: más descontento contra Yamal. Pero a Lamine lo moviliza el ruido. Y, cuando desde sus diferentes círculos (su entorno y el club) le aconsejaban el silencio, el azulgrana replicó con un vídeo en la víspera del viaje del Barça a Madrid: “El miedo lo dejé en Mataró”.

Una frase con la que Vinicius no pareció estar de acuerdo: “Solo pases para atrás, solo pases para atrás”, le soltó el delantero del Madrid, según pudieron captar las cámaras de DAZN. Y la historia entre Lamine y Vinicius en el clásico, que había empezado con un abrazo, terminó con un fuerte rifirrafe entre ambos sobre el final del partido, que incluyó a Raphinha, que no estaba en la convocatoria, pero sí en la expedición del Barça en Madrid.

Lamine, en cualquier caso, no solo estuvo en el foco del Bernabéu y de Vinicius: todo el equipo de Xabi Alonso parecía estar atento a sus movimientos. Y lo hicieron en lo deportivo, pero también desde la palabra. “Por supuesto que había especial atención en Lamine”, advirtió Marcus Sorg, segundo entrenador del Barcelona, este domingo en el banquillo tras la suspensión de Hansi Flick. “Jugaron dos contra uno contra él, pero es normal. Es joven, tiene que mejorar y nosotros le ayudaremos”.

A la doble marca se le sumó el mensaje de Carvajal, compañero de selección del azulgrana: “Hablas mucho, hablas mucho”. “Vamos a hablar dentro”, le replicó Lamine. Ya más tranquilo, en zona mixta, de capitán del Madrid a capitán del Barcelona, Frenkie de Jong intervino: “Si a Carvajal no le gustan las declaraciones de Lamine, que se lo diga en privado como compañero de la selección. Cuando el árbitro pitó el final, los jugadores del Madrid fueron corriendo en busca de Lamine. Es algo exagerado. No sé por qué lo han hecho; hay que preguntarles a ellos”.

Centrado en el revuelo público, extraviado en el Santiago Bernabéu, Lamine solo les dio la razón a sus detractores. “¿Crecido? Mientras gane no podrán decirme nada”, había soltado el curso pasado, en la previa de la semifinal de Champions ante el Inter. Ese día llegó. Y llegó en el peor escenario posible: el mítico Santiago Bernabéu, que, vestido con la camiseta de la selección, había amagado con mimarlo. “Podría ser”, reflexionó Sorg cuando le consultaron si el ruido había afectado al 10. “Probablemente un poco. También está aprendiendo a manejar a los espectadores, los silbidos y los abucheos. Pero es normal. Sigue muy motivado. Hoy no fue un día fácil para él. Tenemos que ayudarlo”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_