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Mestalla y una fiesta que no fue: protestas contra Peter Lim, cargas policiales a las puertas del estadio y una remontada en contra

La Policía resuelve hora y media de cánticos e insultos contra la propiedad del club acorralando a los más fanáticos en la previa de un encuentro con mucha carga anímica, que remataron la expulsión de Vinicius y los goles de Modric y Bellingham

Mestalla
Imagen en directo de los alrededores de Mestalla. "¿Dónde estabais en la dana?", les cantan los aficionados del Valencia a los policías.Lorenzo Calonge Calonge

Se anunciaron 19 minutos de doble protesta: el hueco en la grada de Mestalla y, al mismo tiempo, con el partido ya en marcha, los gritos fuera, frente a la fachada, en la calle Suecia. Era el día de la visita del Madrid, el del estreno del nuevo técnico Carlos Corberán. Y el último gesto de desesperación de una hinchada harta. Pero fueron más, como una hora y 19 minutos de ira contra Peter Lim, el propietario del Valencia, al que la afición culpa de haber debilitado tanto al equipo, entre la venta de jugadores y la ausencia de fichajes relevantes, que lo ha llevado a una situación desesperada y con la amenaza del descenso desde la primera jornada de Liga.

Una hora antes del encuentro, poco después de que los autobuses de ambos equipos alcanzaran el campo sin grandes problemas, cerca de 3.000 o 4.000 seguidores se apostaron frente a la entrada de Tribuna y el palco de autoridades para protestar a voz en grito contra Peter Lim, el dueño de la entidad, su presidenta, Layhoon Chan, el director corporativo, Jesús Solís, y el deportivo, Miguel Ángel Corona. Sin tregua. Setenta y nueve minutos de gritos, cánticos e insultos contra Lim, la directiva y Singapur, el país del patrón.

En realidad sí hubo un paréntesis, pero dentro, donde unos minutos antes del inicio del partido el Valencia agradeció al Madrid los gestos de solidaridad con el pueblo valenciano tras el desastre de la dana. “Real Madrid, moltes gràcies”, se escuchaba por megafonía mientras el público se ponía en pie para brindarle al equipo blanco una cariñosa ovación.

La resistencia seguía a lo suyo en la calle. “Peter, vete ya”, “Corona es un florero”, “directiva, dimisión” o “queremos una bomba en Singapur”, fueron algunos de los cánticos que se entonaron durante esos 79 minutos sin apenas descanso. Todo jugaba a favor. El día, un viernes; las fechas, en Navidad, y la hora, las nueve de la noche. El ambiente se fue calentando frente al cordón policial que se situó al borde de la acera que rodea Mestalla. Los agentes, al ver que se podía complicar la situación, decidieron cargar contra los aficionados más agresivos a las 20.15 y llevarlos, casi empujarlos, hasta la acera de enfrente, donde estaban los protestones más pasivos, los que se quedaron fuera del estadio pero dentro o en la puerta de los bares de alrededor.

El gentío reaccionó con indignación y un grito hiriente contra la policía: “¿Dónde estabais en la dana?”. De Lim y compañía se pasó a increpar a la policía, incluido el lanzamiento aislado de algunas latas y botellas de plástico, y al Madrid. Al frente de los miles de aficionados, varias pancartas con diferentes mensajes: Mr. Lim, Game Over, Liquidació del VCF, no en el nostre nom (Liquidación del VCF, no en nuestro nombre) y una que pretendía dar una lección de idiomas para que el mundo entero supiera cómo se dice el imperativo del verbo vender en español, inglés, alemán, japonés, chino y hasta en malayo.

Al empezar el partido, el graderío estaba lleno salvo detrás de la portería del Fondo Sur, en la grada de animación. Poco a poco fue llenándose y tanta suerte tuvieron que cuando ya estaban todos dentro llegó el gol de Hugo Duro. Un delantero que en breve, si finalmente se concreta la operación, puede recibir compañía con la llegada del nigeriano Umar Sadiq, cedido por la Real Sociedad.

Al final la noche parecía derivar en una gran fiesta con todos los aficionados valencianistas, los 46.000, ahora sí, cantando de pura felicidad cuando, con 1-0 en el marcador, Vinicius, enemigo público número uno en Mestalla, fue expulsado. Carlos Corberán, muy intenso durante todo el partido, siempre de pie, parecía abrazar el debut soñado por un entrenador de corazón blanquinegro. Pero no conviene brindar antes de tiempo ante el Real Madrid, el mejor equipo del mundo en los minutos finales. Lo recordó Modric con el empate en el 85 y lo remachó Bellingham ya en el descuento. Todo un clásico. “En una situación tan crítica como la que estamos duele mucho”, concedió Hugo Duro, autor del gol local.

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