Andrés Iniesta se retira a los 40 años: “Me voy con pena, hubiese jugado hasta los 90 años, pero me voy feliz”
En un acto emotivo pero sobrio, el exfutbolista del Barça y de España cierra sus 22 años de carrera, en los que consiguió 38 títulos, entre los que destacan un mundial, dos Eurocopas y cuatro Champions Leagues
No deja el fútbol, tampoco se retira; Andrés Iniesta deja de jugar. Así definió él, uno de los jugadores más fantásticos, tan admirado como respetado en el mundo del balompié, especialmente idolatrado en la selección española y el Barcelona, su adiós al fútbol profesional a los 40 años. Lo anunció ayer en la capital catalana, en un acto emotivo pero sobrio, rodeado de su familia y compañeros de profesión. “Me voy con pena, hubiese jugado hasta los 90 años, pero me voy feliz”, destacó el manchego. Fueron 22 años de carrera en los que cosechó 38 títulos, 35 entre el Barcelona (incluidas cuatro Champions League), el Vissel Kobe y el Emirates Club y tres con la selección española, nada menos que dos Eurocopas y un Mundial. “Hubiese sido feliz con jugar un solo partido en Primera. El resto ha sido un regalo”.
Mezcla de calle y academia, curtido en las calles de Fuentealbilla y pulido en la Masia, Iniesta representa un fútbol nostálgico, seguramente más puro, siempre vinculado a la infancia. Así lo entendió Luis Enrique, su compañero y entrenador en el Barcelona. “Andrés refleja lo que sentíamos cuando éramos niños y nuestra madre nos llamaba para volver: ‘Sube, sube”, le describió Luis Enrique, compañero y entrenador de Iniesta en el Barcelona. Hacía tiempo que Iniesta maduraba la hora de decir adiós. Lo esperaba sin demasiada ansia, pero no lo dilataba. Hasta que llegó un día en el que entendió que había llegado el momento. Fue entonces cuando todo se precipitó. Hace aproximadamente tres semanas, Iniesta le comunicó a su entorno que deseaba comunicar su retirada. La preparación fue tan exprés como bien organizada, en la que el protagonismo lo tuvo Iniesta, por supuesto, pero también su familia.
“Nunca imagine este día. Todas las lágrimas de hoy y las de estos días son de emoción y orgullo, pero no de tristeza. Son las lágrimas de ese niño de Fuentealbilla que tenía el sueño de ser futbolista. Y lo conseguí, lo conseguimos, después de mucho esfuerzo, sacrificio y de nunca rendirse. Estoy muy orgulloso de todo el camino. Mi carrera deportiva fue como un cuento. He vivido las mejores cosas que se pueden vivir a nivel humano y futbolístico”, expuso un genuino Iniesta, quizás el más auténtico de su carrera, ahora liberado de viejos fantasmas, siempre igual de cercano con entrenadores, compañeros y periodistas.
“Era callado, prudente, buen compañero, pero también tenía esa mirada con la que no hacía falta utilizar palabras. Recuerdo cuando en el campo del Espanyol salió ovacionado cuando el Barcelona ganaba 1-4 o 1-5. Eso retrata lo que la gente le aprecia”, lo definió Vicente del Bosque, campeón del mundo y de Europa con Iniesta en la Roja. Louis Van Gaal, que lo tuvo durante pocos meses en el Barcelona se sumó: “Tienes todo mi respeto. Tienes mi admiración como jugador, pero sobre todo como persona”. La organización del acto de despedida apostó una ceremonia reivindicativa con el carácter amable y generoso del manchego, definido por sus entrenadores en el vídeo de homenaje en el que se recordaron los mejores momentos de su carrera. “Era mi primera temporada en el Barcelona y habíamos sacado un punto de seis en la Liga. Era tarde y yo todavía estaba en mi despacho. Entre Andrés y me dijo: ‘Vamos bien, Pep”, recordó Guardiola. “Esas palabras fueron un chute de energía muy grande. Siempre se lo agradeceré. Lo sentía. A mí, a Tito [Vilanova], a Aureli [Altimira], a todos los que estábamos ahí nos ayudó mucho”, completó el técnico del Manchester City.
También hablaron sus primeros entrenadores en el Albacete y Serra Ferrer, técnico que lo hizo escalar al primer equipo del Barcelona. “Fue profesor antes que alumno. Siempre era un placer recibir el balón que te daba Andrés”. En el acto, con cerca de 500 personas en la America’s Cup Experience del Port Vell, estuvieron los invitados políticos y los sentimentales, todos igual de rendidos a la carrera del manchego. No faltaron excompañeros como Xavi Hernández, Deco, Ludovic Giuly, Juliano Belletti, Bojan Krkic, Sergi Roberto, Sergi Samper, Joan Capdevila, Gerard López y Thiago Alcántara; tampoco exentrenadores como Jordi Roura, Eusebio Sacristán, Juan Carlos Unzué y Aureli Altimira; y hasta dijeron presentes Hansi Flick y miembros de la actual plantilla del Barcelona: Ronald Araujo, Gavi, Dani Olmo y Ansu Fati. Joan Laporta no se perdió el acto y también estuvo el Real Madrid, representado por Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales.
“En el vídeo habrán salido muchas imágenes, pero pocas de esas fueron con títulos”, señaló Iniesta. Tenía sus motivos. Y puso como ejemplo el Balón de Oro que perdió con Messi en 2010: “El Balón de Oro es muy bonito, pero cuando hablo de orgullo no lo digo por los títulos, lo digo por el cariño de toda la gente. El resto es una consecuencia de todo el trabajo. La imagen de Xavi, Leo y yo, es más grande que haberlo conseguido. Tres tíos de la casa en el podio. Ese es el verdadero premio. Eso es lo que siento”. Fue integrador con su familia —después de mencionarlos les pidió que se acercaran al escenario para tomarse una foto—, como hábil para regatear la pregunta de la grieta entre el Barça y España: no quiso elegir entre el gol de Johannesburgo, que selló el Mundial de España, y su grito en Stamford Bridge con el Barcelona, que certificó el pase a la Champions de 2009, la génesis del mejor Barça de la historia. “No puedo elegir, son dos goles que simbolizan mis dos vidas”. Iniesta no se retira, solamente deja de jugar. Su vida continuará ligada al fútbol, seguramente como entrenador. “Me estoy formando”, contó Iniesta. La pelota se lo agradecerá.
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