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DE ÁREA A ÁREA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La selección española pierde a Brahim por desinterés

Hemos perdido a un jugador de 24 años que, a juicio de muchos entre los que me incluyo, interesaba. Felicidades a Marruecos, que ha sabido hacer las cosas mejor

Brahim
Brahim Díaz celebra un gol con la camiseta de España ante Lituania, en un encuentro que jugó la sub-21 en sustitución de la absoluta por el confinamiento de esta durante la pandemia.Kiko Huesca (EFE)

Brahim nació en Málaga, hijo de melillense y malagueña. Su abuela paterna, marroquí, es su nexo con el país alauí. Se crio en Málaga, se hizo futbolista en los equipos alevines de allí de nombres simpáticos, el Mortadelo y el Tiro de Pichón, con siete años fichó por el Málaga, donde fue creciendo hasta ser vendido al Manchester City, vía Pellegrini, que había sido entrenador malacitano. De allí le fichó el Madrid, que tras una cesión al Milan y una venta con recompra pactada, lo recuperó. Ahora es un raro caso de jugador con título en la Premier, la Serie A y LaLiga, si bien sólo en el segundo caso fue titular pleno.

Por desgracia, la Selección Española lo ha perdido. Por desgracia, indiferencia o dejadez, según se mire. Con Luis de la Fuente jugó en las selecciones inferiores como uno de los destacados de su generación, pero a la selección mayor, donde ya se mezclan los grupos de edad, se ha visto sistemáticamente preterido, tanto cuando triunfaba en el Milan, como en estos días en que empieza a destacar en el Madrid, con intervenciones cada vez más frecuentes y desequilibrantes. Es lo que llamamos un jugador diferente. Ha dado buenas soluciones cuando faltaron Rodrygo, Vinicius o Bellingham o entrando en finales de partido para desatascarlos. Tiene regate, visión y oportunismo para el gol, todo ello enriquecido por su condición de ambidextro, tan infrecuente. Prefiere la izquierda para la conducción, el regate y el toque corto, y la derecha para el pase largo o el disparo lejano, pero maneja las dos muy bien, sale por cualquier perfil y tiene velocidad.

Podía haber sido un valor para la Selección. Si no un titular pleno, sí una solución para finales difíciles. Pero De la Fuente tiene delanteros por fuera que le gustan más: Lamine Yamal y Nico Williams, sobre todo, pero también Olmo, Ferran Torres, ahora lesionado, y alguno más. Con Lamine Yamal, por el que se ha interesado Marruecos, la Federación ha hecho un esfuerzo prolongado con la familia para que optase por España, como felizmente ha hecho. Con Brahim ha sido lo contrario. Nunca se han dirigido a él, y sí los marroquíes. En el palco del Bernabéu se ha visto con frecuencia no sólo al seleccionador, sino también al presidente de la Federación y hasta ha llegado a acudir algún ministro. Siempre en visitas para ver al jugador.

Este ha optado por fin por un país que no es el suyo sino el de una abuela. De la Fuente se ha tenido que sentir incómodo con el asunto, de otra forma no se hubiera deslizado con aquella insinuación sobre imposiciones que el viernes tuvo que aclarar que no han existido. Es cierto que le había metido en la prelista, que no se hace pública, aunque se da cuenta a cada club de los jugadores propios incluidos, a los efectos oportunos. Pero estar en la prelista, que puede llegar a 50, no es estar en la lista.

Así que Brahim decidió dar un paso que ya no tiene vuelta atrás. No se puede cambiar dos veces y se da el curioso caso de que él ya ha sido internacional absoluto con España… por casualidad. Fue en aquel partido contra Lituania antes de la Eurocopa, que los mayores no pudieron jugar por cuarentena covid. Lo jugaron los sub-21, pero dado que estaba concertado como de selecciones ‘A’ cuenta en el palmarés como tal.

Marruecos no es una selección menor: semifinalista en el último Mundial (al que ya pretendieron llevar a Brahim y este rehusó porque su plan de futuro estaba con España) y número 12 en el ranking FIFA. En la última Copa de África cayó en octavos, pero tiene el desafío de organizar ese campeonato en 2025 y coorganizar con España y Portugal el Mundial 2030. Así que no es mala ocasión para enrolarse. Pero, sobre todo, Brahim ha detectado allí un gran y prolongado interés frente a la indiferencia de aquí.

En fin, que hemos perdido para la Selección a un jugador de 24 años que, a juicio de muchos entre los que me incluyo, interesaba. Felicidades a Marruecos, que ha sabido hacer las cosas mejor. El futbolista, para el que lo trabaja.

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